La etimología más vieja de lo varonil es la de la vara (cf. DECEL), después usada para la guerra, y las lanzas fueron de las primeras, aunque afiladas en una punta, primero de palo y después de piedra antes que de metal. Los varones fueron más cazadores que las mujeres, usaron más la lanza para cazar, y las mujeres que lo hicieron se masculinizaron para ello, así como los varones se feminizaron al cocer. Cada cual compartió relaciones con machos o hembras humanos en cada actividad, intermediada por intersexuales de diferentes prácticas. Habría que estudiar esta semántica en los lenguajes africanos, porque el uso de morteros y varas empezó en África, así como la molienda, la guerra de golpear con palos, lo varonil y de mujer.