jueves, 1 de agosto de 2024

Sobre el precio

 Hay un debate muy controvertido sobre el precio, que busca identificar sus causas, en el que se discute el lugar de la emisión monetaria, los costos de producción, la ganancia neta y otros temas en su creación. El precio es una creación social, que depende de una decisión que los vendedores tomen respecto al bien que ofertan, la cual es afectada por varios factores, como sus gastos de vida familiar, costos de producción remunerada, aspiraciones de ganancia neta, demanda y demás, como la simpatía política con su gobierno y clientes, los cuales a su vez responden a otras causas, como la demanda, que es determinada, en parte, por la cantidad de dinero circulante, y por ende por la emisión monetaria. Por sobre el nivel del precio en billetes está el de las acciones y títulos monetarios, que se relacionan entre sí sobre la base de estados constituidos que imprimen bienes de cambio.

 La ganancia neta incide en el precio porque una parte del precio de los bienes se define por ella, se trate de la atinente a los insumos, que contienen a la de los proveedores, o de la del último vendedor, o sea, que cuando la ambición de ganancia neta es excesiva trae distorsión apreciativa, lo mismo que la aspiración para los gastos familiares, pero además esto es influido por los gastos estatales para las guerras, los proyectos gubernamentales de infraestructura, que implican aumentos de impuestos no siempre justos, y por otros, que a fin de cuentas se plasman de distintas formas en los precios en curso.

 La confianza hace al precio por diferentes vías, ya que, por ejemplo, afecta al valor de las acciones bursátiles, al interés de los préstamos y a la compra de los bienes más básicos, porque éstos dependen de la expectativa que se les tenga, la cual se basa en una fe, así como la empatía crédica y la calidad del trabajo individual tienen su lugar en lo que vende cada quien. El precio responde a la fe y a la experiencia que se tenga de sus bienes, así como a sus ganancias y costos, y a su vez estos factores son afectados por otros. Es decidido por los vendedores, pero su decisión se toma según distintas cuestiones, como la demanda y la avaricia.

 El precio del salario también es un precio, que sus vendedores, los obreros a sueldo, negocian con sus compradores, sus empleadores directos, en total desde una posición de desventaja, por lo que suelen salir perdiendo por merma dineraria (a lo que un Karl Marx explicó en la "teoría del pluvalor"), en tanto que los empleadores son más de perder por sobreganancia, aunque hay un sector, mayoritario, del empresariado dueño, que gana lo justo, pero es perjudicado por la pérdida ajena y padece otros males, como las penurias por malas ideas y el maltrato dado por la perversión social, así como cada clase humana goza bien de lo que goza bien.

 La decisión que cada vendedor toma sobre el precio de lo que ofrece es algo libre pero también muy coercionada, porque debe responder a sus necesidades vitales y familiares, a sus costos, a las leyes vigentes, la demanda, las costumbres y las opiniones ajenas, entre otras cosas. Luego de tomada la decisión, se la transmite a los clientes potenciales, y entonces el precio es puesto, al enunciarse el monto en dinero que se pretende por un bien. Una vez hecho ello, se lo mantiene por un tiempo y luego se lo cambia según decisiones sucesivas que también se toman en función de esas causas.