viernes, 27 de septiembre de 2024

Del mensaje

 El DRAE dice que la palabra "mensaje" viene de la occitana antigua "messatge", a su vez derivada de la latina "missus", a la cual traduce como "enviado". Así, el mensaje es pensado como algo que se envía, pero no todo lo que se envía es mensaje, al menos según lo solemos entender, como algo discursivo. El DECEL traduce a "missus" como "mandar" y Santiago Segura Munguía señaló la acepción de "transmitir", la más parecida a "emisión", que concuerda mucho con "missus". En este registro, no obstante, se pierde el sentido de la significación mental, porque hay muchos envíos y emisiones que no son discursos, y, si se quiere referir a las ideaciones de la mente, la palabra "mensaje" cuadra bien porque su forma concuerda con la de la palabra "mente" combinada con el sufijo "aje", que refiere al resultado de la operación de su núcleo semántico, o sea, a la obra mental. El vocablo "mentaje" suena mal, y una raíz latina de "mente" es "mens". Sin embargo, concibiéndolo así se pierde su faceta emisiva, que también lo caracteriza, por lo que es mejor postularle un sentido compuesto por ambas ideas, aunque su significado pasado fuera el del envío, que puede no haberlo sido del todo si las personas usaron al concepto en acepciones distintas a la del DRAE, que tienen su valor, relativo y algo equivocado, aunque no sean aprobadas por las instituciones especializadas en el lenguaje.