Entre otras cosas, es para criticarlo bien, porque tiene muchas faltas. Es una obra en proceso, o sea que las notas fueron retocadas, y reiteran varias veces los mismos temas. Para escribirme, hacerlo a juanchaves.baires@gmail.com.

martes, 22 de septiembre de 2015

De la sanción, la salud y la enfermedad

La sanción tiene, en principio, dos acepciones, que son la de castigo y la de promulgación. En relación a la primera, cabe decir que su formulación tiene origen devoto, según el cual la ascesis dolorosa santifica. La sanción es comprendida como una “sanación”, es decir, como un castigo que sana al pecador al purificarlo mediante dolores. Es un absurdo, por supuesto, pero está vigente en las órdenes piadosas y en las sociedades. Por eso es que las palabras “sano”, “santo” y “sanción” son parecidas. Tienen en común su origen en el vocablo latino “săcĕr”, que viene del osco sakir y del umbro sakra, además de relacionarse con el hitita šaklāiš. “Săcĕr” es “sacro”, “sagrado”, “consagrado a una divinidad”. El sacerdocio deriva de él. Además, viene de “Sancŭs”, una divinidad del pueblo prerromano sabino, equivalente a Hércules, llamado “Sanco” en el español actual.

En esta triple significación de “sanción”, como castigo, como cura y como convalidación legal, se advierte la trama que reúne, aunque sea en falso, a la religión con la medicina y con la justicia, trama extendida a otros ámbitos sociales, como la educación y la industria. Esta unión no es absoluta, es decir, que en ninguno de estos ámbitos los hombres pretenden siempre obtener los resultados que buscan por medio de dolores, pero es una lógica subyacente que sigue operando de algún modo, contrariando a las buenas prácticas que la humanidad pretende en ellos cuando es sensata.

Lo mismo sucede con la salud. Al igual que “salvación”, el término “salud” deriva de “salvus”, que es“salvo”, como “salvado”, por “entero”, “íntegro”. Los religiosos, si bien yerran en sus prácticas para salvar a la gente, ya que la idea del juicio final es falsa, y causan problemas de salud al condenar a los humanos por los pecados, hacen bien al promover la socialidad, cosa que hacen intuitivamente, mezclando bondades y maldades, por basarse en una mezcla también entre verdades y falsedades. Los saludos que se dan las personas también hacen a su salud, porque el trato amable incide en las psiques y los cuerpos, y los saludos hacen a las relaciones humanas. Por eso es que la falta de saludos hace daño, pero para que los haya lo que debe ser la gente tiene que ser verdadera y buena, ya que cuando está mal los enojos los dificultan.


Lectura

Giorgio Agamben, Homo sacer. El poder soberano y la nuda vida, Valencia, Pre-Textos, 1998.


Anexo

A diferencia de lo que sucede con la sanción, la relación que sugerí en mi tesina de licenciatura entre la enfermedad y el infierno, por ser palabras similares, no es cierta: el término “enfermedad” viene del latín “infirmus”, que quiere decir “no firme”. El agregado de cuestiones infernales a la enfermedad es connotativo.