Entre otras cosas, es para criticarlo bien, porque tiene muchas faltas. Es una obra en proceso, o sea que las notas fueron retocadas, y reiteran varias veces los mismos temas. Para escribirme, hacerlo a juanchaves.baires@gmail.com.

viernes, 10 de agosto de 2018

El gobierno del FSLN fue sometido al FMI

El gobierno de Ortega se sometió al FMI al impulsar la reforma del instituto del seguro social de Nicaragua, algo similar a lo que le sucede a la socialdemocracia griega. Al gobernar bajo constituciones liberales, los gobiernos socialdemócratas fracasan porque se los somete financieramente, ya que el orden financiero es algo superior al del gobierno electo, porque es del rango constitucional transufragista, el del poder judicial, que es en el que se basa la clase capitalista de los países liberales cuando las naciones optan por partidos que no les son favorables. La clase capitalista de los países comunistas también goza de un privilegio estable, dado por la pertenencia al partido de gobierno, al que sostiene el ejército y la ley mayor. Ambos son capitalismos diferentes, uno centrado en el gobierno del estado y otro en la actividad privada, con entrecruzamientos, lo que da un capitalismo mixto, con preponderancia cambiante del sector privado y el gubernamental en el agenciamiento de la producción de capital, a lo que sucede el cooperativismo y las generaciones de valor menores, siempre atravesadas por el pago del salario. ¿Cómo es que el sandinismo se sometió al FMI? Este sometimiento es el que desató la protesta que quiere deponer al presidente, en lo que coincide con el interés estadounidense y liberal. El caso griego fue por endeudamiento en dólares: Grecia pasó a ser deficitaria en el comercio internacional y de ahí tomó dólares prestados en el mercado internacional, de lo que se endeudó en un contexto de exportaciones de menor valorización que los bienes que importaba. Una economía menor ante potencias capitalistas superiores. Nicaragua, a partir de 2008, cuando la crisis de la Lehmann Brothers, empezó a ser deficitaria en el comercio internacional porque el precio internacional de las materias primas decayó, al igual que sucediera en el resto de la periferia en general, que entró en crisis de deuda e inflación mayor que la de los países centrales, que tienen una gran crisis de deuda, en tanto que su economía es fidente. Al ser de practicidad fideísta, la economía se desplena, pierde su plenitud, se torna algo vacía, algo decepcionante, así como la posesión de deuda es ingrata. En una economía fetichista, las cuentas financieras son vanas, más porque al fetichismo se agregaron relatos de socialidad castigadora, subsiguientes a la fe, que hacen que la vida sea vacía de sentido a veces, de plenitud crítica. Parte de ese sometimiento es la operatoria de las fuerzas armadas estadounidenses en el área, que estuvo desde antes de la dictadura de Somoza y que nunca dejó de estar porque Estados Unidos tiene una embajada en el país, desde la cual se opera el interés imperialista, que se entrelazó con el de la burguesía capitalista local, la de la exportación de sus materias primas y la de los diarios liberales. También en Nicaragua hay trotskistas y anarquistas, que están en la movilización contra el presidente y su esposa vice. Una parte importante del país apoya al gobierno del frente sandinista, pero la otra quiere que caiga. En esta última confluyen los liberales con la izquierda atea, pero es una coincidencia fortuita. La alianza por la dimisión del gobierno sandinista contiene a liberales tanto como a socialdemócratas y hasta anarquistas, influyentes en el movimiento estudiantil y el asalariado urbano, pero también a sectores del clero popular, subordinados a la Conferencia Episcopal de Nicaragua, más presentes en el campesinado, así que la exigencia por su renuncia es admisible en tanto que al problema del gobierno socialdemócrata nicaragüense se lo entienda bien. Es una socialdemocracia fallida como lo fue el alfonsinismo, una socialdemocracia cristiana, ya que el catolicismo es la religión prioritaria del país, y de gobierno bajo ley capitalista. La democracia socialista cristiana tiene de rescatable lo socialista y de contra los malos aspectos del cristianismo, porque eso la hace de relacionamiento social dogmático, cosa que dificulta al entramado social en general, dificultándole la prosperidad, aún más perjudicada por su posición de sometida en el imperialismo internacional. Como el capitalismo es un sistema económico que origen clerical, porque su ideología, el liberalismo, es teísta, la religiosidad del socialismo religioso le falsea la pretensión de bienestar social, pero a los partidos socialdemócratas ateos también se les hace imposible lograrla, ya que están sometidos a legislaciones fidentes y procapitalistas. El constitucionalismo procapitalista de las leyes burguesas hace que los gobiernos socialistas sometidos a éstas reproduzcan al capitalismo, que mantengan al orden de acumulación de capital, aunque lo modifiquen algo. Es el carácter capitalista del liberalismo heterodoxo, que no puede dejar de ser sin el cambio constitucional necesario para que deje de serlo. En tanto que la ley mayor sea procapitalista, el gobierno que le debe obediencia lo será también, aunque ideológicamente le esté en contra.

El predominio del fideísmo no depende principalmente de la clase dirigente, sino que es ejercido por conjuntos nacionales, que son los únicos que pueden reemplazar al fideísmo por la veracidad. Esa operación es responsabilidad de las naciones, no basta con que sea impulsada por las autoridades de gobierno, y es necesaria para el éxito del socialismo, ya que el ordenamiento autogestivo de la producción requiere de la veracidad de la conciencia de los individuos, para lo cual las personas deben reconocer el problema del credo.

La violencia armada en Nicaragua que se cobró cientos de vidas en los últimos meses tiene que ser juzgada desde la óptica bélica antimperialista, para lo que es preciso entender que parte de la oposición al orteguismo es la oligarquía local aliada a los agentes militares enviados por la CIA y a la diplomacia estadounidense. No se debe juzgar la represión de las fuerzas militares nicaragüenses como una represión normal a las manifestaciones sociales, sino que a eso se debe agregar la presencia de un ejército extranjero imperial, que urde maniobras con ejecutivos de medios de comunicación y con grandes empresarios, que no quieren al socialcristianismo porque es socialista: quieren un liberalismo cuyos poderes ejecutivo y legislativo sean ideológicamente procapitalistas. Cuando gobierna el socialismo cristiano los países de constituciones liberales siguen siendo capitalistas, porque eso está garantizado por la constitución, pero los contraría desde el gobierno bajo el interés socialista, que no puede plasmarse mientras no se transforme a la ley superior. Queda como una socialización crítica, parcial e insuficiente. En Nicaragua, no obstante, puede caber la renovación de las autoridades, pero eso depende de sí mismas porque el gobierno fue electo mediante el sufragio. Aunque haya sido relecto por segunda vez, y tal vez con fraude, tiene legitimidad, porque el fraude es común en las elecciones y porque incluso con él el resultado de las elecciones fue aceptado por la comunidad internacional. Fueron elecciones luego de las que a Ortega se lo reconoce como presidente. Para saber bien qué responsabilidad le corresponde a cada quien habría que conocer los pormenores de la guerra, que contienen operaciones militares secretas. A los crímenes de este conflicto se los enjuiciará, pero el juicio intentará ser tergiversado por los intereses de los bandos en pugna. El conflicto nicaragüense, así como el venezolano, es en parte de índole militar, por lo que la tesitura movimientista no basta para explicarlo, a no ser que tenga buena razón bélica. La operación de los medios ideológicos responde al militarismo internacional, ya que el capital privado consta tanto de medios de comunicación como de ejércitos con espionaje, por lo que la intervención militar estuvo presente en los conflictos sociales de las democracias normales, pero más la hay donde antes hubo mayor presencia del ejército invasor, o en Venezuela por las tropas de espionaje para el sabotaje social, que también las hay en Brasil y en Argentina, en Paraguay y en los demás países en los que haya diplomacia estadounidense. Entonces, hasta que no entendamos lo que es la operación de los servicios secretos de los gobiernos estatales, no podremos juzgar bien al accionar de los movimientos y de la prensa, porque no entenderemos su lugar en los conflictos políticos y sociales. La presencia de la DEA influye mucho en la realidad política latinoamericana, pero la mayoría de los ciudadanos no sabemos en qué consiste. El capitalismo ejecuta una operatoria constante de competencia geopolítica, en los dos bloques internacionales principales, el liberal y el comunista, pero también en el indio, que es socialista en su constitución y cuyo partido principal de gobierno es miembro de la Segunda Internacional desde la descolonización, adonde convivió con partidos socialistas de gobierno esporádico. Esta operación de los servicios de inteligencia coexiste con las pujas impulsadas por la clase capitalista mundial, que compite permanentemente entre sí y contra las poblaciones, asalariadas y de emprendedurismo común, por la apropiación de recursos, cosa que se nuclea en la prensa y el gobierno porque éste manda al ejército, la fuerza armada mayor. Entre otras cosas es un problema ideológico, que los agentes se comportan mal porque tienen malas ideas, que se componen con sus proyectos, las leyes y sus demás prácticas. Algo de falsedad ideológica hay en todas las corrientes políticas, sean liberales o ateas, por lo que sus gobiernos son siempre recusables en algunos temas. Hasta que la humanidad entera no entienda bien la diferencia entre lo que cree que es y la verdad de lo que es, que ahora es algo confusa, la acción le será algo imprudente, porque el comportamiento es algo imitativo y los pareces ajenos hicieron a los propios. El cientificismo no puede estar del todo exento de apariencias, porque es social, e incluso aunque lo lograra eso no bastaría, porque los científicos tendrían que convivir con humanos fiadores. La práctica humana es conjunta, así que la ajena incide en la propia, como a la inversa.

La reforma al INSS es una política de ajuste a la que implementa el gobierno de Ortega, que implica un aumento en los impuestos empresarios y laborales y la merma de las jubilaciones. La deuda contraída por el sandinismo con el FMI, a consecuencia de la crisis de 2008, pero dada en el marco de una economía exportadora de materias primas, genera que el FMI imponga su voluntad de reforma ortodoxa, incluso al costo de cientos de muertos. En Argentina se aplica esta misma receta con las variantes debidas a la correlación de fuerzas. Entonces, el gobierno de Ortega debe cesar, porque es ajustador, pero la responsabilidad principal del ajuste es del fondo monetario, ya que éste es su agente mayor. El Consejo Superior de la Empresa Privada es la cámara empresarial que rechaza los impuestos, por lo que lidera a la oposición a la contrarreforma. Ortega bien puede persistir en el cargo como dejarle el puesto a una tercera autoridad o llamar a elecciones. Sería el mecanismo de recambio de gobierno, que existe en el constitucionalismo burgués como modo de procesar los conflictos sociales sin transformar a la ley capitalista en pro socialista, pero puede servir a superar bien el impase, así como podría conducir a hacerlo para peor. Parte del campesinado odia al gobierno por haber impulsado el canal interoceánico de capitales chinos, por lo que el progresismo tiene que revaluar el lugar que le da a los grandes emprendimientos, de costo político infranqueable. Las naciones periféricas no deben aspirar a más que a un nivel de vida modesto, porque hacerlo a uno superior las endeuda indefectiblemente, privándolas de su soberanía, pero las centrales deben requerir descender a uno así, ya que están sobrepropietarizadas. Como el socialismo necesita de la igualdad internacional, los socialistas de las naciones del primer mundo deberán buscar reducir el nivel de propietarización de sus países, para poder adaptarse a un modo igualitario sostenible.

La dimisión del gobierno orteguista debiera habilitar al enjuiciamiento de la represión tanto si lo sucediera alguien del FSLN como si lo hiciera alguno de los conservadores, pero ese juicio debe incluir al de la violencia opositora, porque si no sería injusto. Más importante todavía será entender la crisis de la deuda, que contribuye al fracaso de los gobiernos progresistas, tanto en la periferia como en el centro. Todas las naciones tienen grandes problemas con la deuda estatal, los Estados Unidos y China entre las principales, por lo que el tema no depende sólo de la inserción en la división internacional del trabajo, pero en la periferia esto importa por el déficit comercial de la exportación de materias primas. En el centro los gobiernos adquirieron deudas gigantescas aún exportando bienes industriales, por lo que el tema no depende de esto. La deuda está dada por el sistema del crédito. Los otorgantes del dinero aceptan entregarlo a partir de creer en que los demandantes saldarán el préstamo al término del período fijado en el contrato. Por ende, creer endeuda, y las deudas no se saldan siempre tal como se hubo supuesto que se lo haría porque la crisis histórica impide el cumplimiento total de los contratos. Al problema de la deuda se lo debe abordar mediante el pragmatismo bienestarista, ya que el bien común de la especie debe primar por sobre el cumplimiento de los contratos.