Entre otras cosas, es para criticarlo bien, porque tiene muchas faltas. Es una obra en proceso, o sea que las notas fueron retocadas, y reiteran varias veces los mismos temas. Para escribirme, hacerlo a juanchaves.baires@gmail.com.

viernes, 10 de agosto de 2018

La nación mapuche está en dos países

En Argentina como en Chile, lo que causa un conflicto en lo referido a la soberanía nacional, ya que es una nación sometida a su partición entre dos naciones mayores, de religión católica ambas. Los mapuche aceptan en crisis la jurisdicción conquistadora, pero como nación quieren disponer su relación interna a su manera. Son identidades nacionales atravesadas a las cosmovisiones mapuche y cristiana, que deben fusionarse bien. Al país vasco y a tantas otras nacionalidades menores les sucedió lo mismo al habérselas partimentado en países diferentes por medio de la violencia moderna. Eso pasó mucho en África y con las naciones indígenas, tanto americanas como asiáticas, que fueron separadas por la división colonial del territorio. El enaltecimiento de las identidades étnicas sometidas debe llevarse bien con su destrucción positiva, ya que éstas tienen sus mentiras y porque la buena coexistencia internacional la precisa. El criterio para la identificación social debe ser el de la verdad histórica, no el de la aparente de los relatos míticos, incluidos entre ellos a los dogmas y cánones religiosos, tanto los clericales como los laicos.

Las identidades nacionales capitalistas, las de las naciones burguesas, existen interpuestas a las otras identidades nacionales, algunas de las cuales son sedentarias y otras migrantes. Como a éstas aquéllas las oprimen, porque son identidades nacionales ganadoras, las primeras las odian, no aceptarían de buen gusto adoptarlas, dada la violencia que les ejercieran. De allí que la superación de los conflictos internacionales debiera implicar la adopción de un modo nuevo de identificación nacional, que los haya asumido en su contradicción y que debe ser agnóstico, al menos mientras que no haya pruebas suficientes de la existencia de los dioses. Las divergencias teísticas fueron causales de guerras, impulsaron conflictos bélicos internacionales, así como hizo la competencia económica, por lo que su existencia debe ser bien asumida por la especie.