Es una nota de Federico Pita publicada hace pocos días en Página 12, en que critica al presidente francés por no saldar la deuda que Francia tiene con Haití a consecuencia de un pago de 150 millones de francos que Carlos X le impuso a este país en 1825 por haberse independizado, deuda por la que el pueblo haitiano estuvo pagando por un siglo y que le deterioró la economía, de lo que hasta ahora no se recupera. La reivindicación es justa, pero satisfacerla no depende sólo de Emmanuel Macron, ya que atañe a todo el gobierno francés, con sus ministros, parlamento y tribunales, y también al pueblo. Habría que ver la legislación para saber qué puede hacer al respecto el presidente por decreto. Con Marine Le Pen, que estuvo cerca de ganarle en elecciones universales, es menos probable, si no imposible, que el gobierno francés admitiera su crimen e impulsara una comisión para evaluarle el daño. Esto no le quita a tal Macron su responsabilidad por su política respecto a la guerra de Ucrania, un tema complejo para cualquier presidente y en que el lado ruso también tiene sus maldades, como así por otras faltas, sino que es para señalar que la crítica tiene que dar buena cuenta de la subjetividad y el contexto de aquél a quien se demanda, ya que, cuanto menos justa es la crítica, menos facilita lograr su cometido. Cf. "Firmá la carta abierta para la reparación de la deuda de la independencia"