Entre otras cosas, es para criticarlo bien, porque tiene muchas faltas. Es una obra en proceso, o sea que las notas fueron retocadas, y reiteran varias veces los mismos temas. Para escribirme, hacerlo a juanchaves.baires@gmail.com.

jueves, 7 de agosto de 2014

La economía no debe ser un fin en sí mismo

La clase gobernante mundial está atenta a que crezca la economía. Los informes anuales de la ONU y de los organismos financieros mundiales, como el FMI, dan cuenta de eso. Tienen el supuesto, cuando no fingen, de que para mejorar la vida de las poblaciones la economía tiene que crecer. Ese supuesto es falso y se basa en la comunidad de intereses de los gobiernos con los empresarios, aparte de responder a la ética religiosa predominante y mundial. Por conducirse según ese engaño, los gobiernos mundiales traicionan al objetivo que dicen perseguir, el de mejorar la vida de las poblaciones gobernadas, ya que impulsan la acrecencia de la economía, lo que causa un gran esfuerzo social, que es la explotación, y que tiene por derivados a muchas de las incontables dolencias y padeceres que se viven hoy día. No hay forma de lograr ese objetivo que no sea el naturismo comunista. Podrán renegar, razonar parcialmente, soslayarlo y excusarse cuantas veces quieran, pero la experiencia histórica les llevará a reconocerlo, ya que para que se viva bien las poblaciones deben decidir democráticamente que hacer de sí y disfrutar de la vida en común, de la naturaleza y de la Tierra, sin excederse mucho en lo que se tome de ellas.

Para generar trabajo bueno se debe socializar la tierra y fomentar los talleres naturistas, de carpintería, construcción y reparación de viviendas, alimentación, etc., aparte de otras cosas, como la horticultura rural y urbana, pero con el criterio de la economía local, para que no sea tan necesario como ahora el transporte automotor, que rompe la trama social urbana porque hace desplazar mucho a la gente y segmenta el espacio en lugares peatonales y de tránsito pesado -cosa que obstruye la socialidad cotidiana-, además de la delincuencia que causa: se delinque mucho con los automotores de por medio, y se los roba, sea para cometer otros delitos o para desarmarlos y vender sus partes, etc.

También se debe otorgar un salario, o prestaciones equivalentes, o una mezcla de ambos, a quienes hacen sus casas, sus muebles, su ropa, sus alimentos, etc., como la crianza de los hijos, ya que si no quienes lo hacen deben trabajar por un salario y además dedicarse a sus pertenencias, lo que les causa tener que trabajar en dos cosas a la vez y redunda en la mala calidad de los trabajos y en el sobresfuerzo de los trabajadores y empresarios que las construyen y reparan. De otra manera no se puede terminar con la precariedad de las viviendas de las villas, ya que los villeros necesitan tiempo y estar descansados para terminar sus casas, y no pueden hacerlo bien porque además tienen que trabajar de otra cosa para ganarse el sueldo. Y tantas cosas más. Una cosa que causa el pago de las deudas externas e internas de los estados mundiales es que por hacerlo no tienen presupuesto para costear cosas como estas, por lo que el pago de la deuda genera pobreza. Las sociedades y sus gobiernos tienen que hacerse cargo de que la economía debe servir para vivir bien, no para aumentar el valor. El valor tampoco debe ser un fin en sí mismo, sino que debe servir a la vida. Hasta que no se reconozca esto habrá problemas graves.

Además, para reducir y terminar cosas molestas como el ruido de las máquinas de la construcción -y lo mismo vale para las del resto de la industria-, como son las moladoras y agujereadoras eléctricas, se debe recurrir a los métodos naturistas: moler, serruchar, agujerear, etc., a mano, aunque lleve más tiempo y según sea posible. Se debe hacer disponer de mucho tiempo para que se hagan las tareas holgada y gustosamente.