Entre otras cosas, es para criticarlo bien, porque tiene muchas faltas. Es una obra en proceso, o sea que las notas fueron retocadas, y reiteran varias veces los mismos temas. Para escribirme, hacerlo a juanchaves.baires@gmail.com.

lunes, 4 de agosto de 2014

La explotación y el valor

Cuando Marx estudió a la explotación en El Capital se centró en una de las clases de explotación, la de los trabajadores fabriles, de la que el empresariado obtiene la plusvalía. En ese análisis, Marx se centró en la explotación de los trabajadores para descubrir el mecanismo económico de obtención de la ganancia empresarial. Pero ese análisis no da cuenta de todas las formas de la explotación. La explotación, en términos comunes, es el reviente. Explotar es reventar. Como cuando explota una bomba, que revienta. La explotación es maltrato. Siempre que se maltrata, se explota. Entender así a la explotación permite reconocer a muchas de sus formas a las que hasta ahora no se reconoce. El abuso sexual, el verdugueo, la mentira, la tala de árboles, la contaminación, la tortura psicológica, el ninguneo a los pedidos de los niños, la represión a la sensualidad, el menosprecio político, el consumismo, la represión a los conflictos sociales, el uso de las poblaciones para lograr las metas macroeconómicas del desarrollismo, etc., son formas de explotación, al igual que el trato que se da para sí la clase dominante. La clase dominante explota porque se explota a sí misma, y se explota a sí misma porque la ideología con la que se rige es falsa, y por la presión proletaria de la lucha de clases. No sólo se explota a los trabajadores, sino también al resto de la naturaleza y a la Tierra. La naturaleza y la Tierra son las fuentes del valor terráqueo. El trabajo es un tipo de acción humana que crea valor de cambio, pero no el único, ya que la acción empresarial, comercial y financiera también lo crean. A medida que la creación de valor de cambio se hace más abstracta, cuya cumbre son las finanzas, el valor de uso creado se hace más ficticio. En cambio, cuando es más concreta, como en el trabajo, el valor de uso es más necesario -lo que no quita que haya que reordenar a la economía desde la base-. El valor de cambio es un valor material, concretado en documentos, pero ficticio. Es prescindible, igual que lo es parte de la producción común -ambos hacen a tareas innecesarias-. Pero los materiales con que se crean los productos que tienen valor de cambio son una condición necesaria para éste, por lo cual el valor de cambio depende de la naturaleza y de la Tierra.

El valor es lo que vale, y habrá que confirmar si vale es una contracción de “va a le”. Entonces, el valor de cambio es humano y el de uso es natural. El valor abstracto también es natural, porque es una creación humana, pero es una solución insuficiente para el intercambio de los bienes hechos humanamente. Al igual, es valor de uso es cultural porque es parte de la cultura, en tanto que el uso de las cosas es parte de la historia de la especie.