Entre otras cosas, es para criticarlo bien, porque tiene muchas faltas. Es una obra en proceso, o sea que las notas fueron retocadas, y reiteran varias veces los mismos temas. Para escribirme, hacerlo a juanchaves.baires@gmail.com.

domingo, 27 de diciembre de 2015

De la refinación de la pasta

La fineza es la terminación de las obras. Las cosas finas son más elaboradas, lo que no quiere decir que sean buenas. Nada más quiere decir que requisieron más trabajo. Los fideos no existieron hasta que se inventara el cuchillo, o sea, hasta que se acható el metal a martillazos, y después fueran afiladas las vainas con otros metales y piedras, pero también hasta que algunos humanos se asentaron en ciudades: amasar pasta supone la agricultura y la carpintería, aparte de la arquitectura y la molienda. Fueron creados en la antigua China, de allí los fideos de arroz, a los que Marco Polo llevó a Italia; pero antes, se hicieron pastas que no requerían ser cortadas a cuchillo, como los ñoquis y los borí borí, derivados de las tortillas. También hay fideos hechos a mano: se desarma la masa y se aplasta a los pedazos enharinados con los dedos.

Los fideos, en tanto que pasta fina, más angosta que las anteriores, son de alto nivel de elaboración, aunque sean de consumo popular. Comparten con la fe el hecho de ser más terminados, más refinados. La fe, igual que la fineza, es más depurada que otras cosas. ¿El “fide”, de “fideo”, es por “fide”, el vocablo latino para hablar de la fe?

El trabajo también es una práctica cuestionable, y debe serlo porque hace a la historia humana y terráquea.