Entre otras cosas, es para criticarlo bien, porque tiene muchas faltas. Es una obra en proceso, o sea que las notas fueron retocadas, y reiteran varias veces los mismos temas. Para escribirme, hacerlo a juanchaves.baires@gmail.com.

miércoles, 6 de abril de 2022

De que sin cierta verdad religiosa no hay la humildad política necesaria para la buena convivencia humana

 Como la buena convivencia requiere de un orden político muy perfecto, y la política responde a la religión, la religión tiene que ser excelente, para lo que debería ser muy verdadera, y con las iglesias bien socializadas y concebido exacto el tema de dios y el origen del mundo, a los que se debe reconocer bien en vez de confiarles. Para que la humanidad salga bien de su crisis y concrete bien sus sueños tendrá que asumir bien la teología, es decir, que sin admitir su equivocación en materia de dioses no podrá concordar con gracia plena sus asuntos, por lo que la especie se encuentra en la disyuntiva de deificar como se debe o sufrir mucho, algo duro de cargar y que se expresa en la economía. Habrá una crisis fuerte hasta que se socialicen bien las instituciones, las de las empresas, el gobierno y el clero, pero esto, sin una concepción social más verdadera de la historia, es casi imposible, por lo que la veracidad de la concepción sobre la esencia será inevitable, la esencia en el sentido de lo que es, o sea, de todo, el universo, a lo que no podemos conocer por completo. Entonces, a veces cabe admitir ignorancia, en vez de intentar según pareceres, que son probables, exigen más investigación, hay que tenerlos observados, porque son hipótesis. Proceder según la fe lleva a hacer mal, porque no se averigua lo debido antes de ponerla en práctica, cosa que termina en fracaso, como aprendizaje histórico, pero si no se le saca la conclusión debida al fracaso la mala práctica se repite, lo que es propio de la explotación y de la vida en pena, a la que no se quiere tener, salvo en forma perversa, poco sostenible por lo que hiere. La humanidad analizará su dolor por medio de su sentir, así que pensará en lo que hace. Alguna fe tiene que haber, para lo que habrá que definir bien cuál.

 La perversión es una mala versión, por lo que no se debe ser perverso, pero tampoco los discursos predominantes son buenos, por lo que pervertirse para oponerse al sistema es insensato, porque supone que el relato líder es una versión buena, cree que es tal como los jerarcas máximos la presentan, esto es, que convalida a la ideología dominante con una prédica algo autodestructiva, dados los actos a que induce, lo que es antirrevolucionario. La perversión del paradigma queer retrasa la liberación, pero tiene elementos válidos. El revolucionarismo, para lograr sus objetivos, tiene que organizarse, y tiene tanto que lograrlos como organizarse de buena forma.