La vagancia es condenada, porque se cree que los hombres somos del todo dueños de nuestros actos, pero los vagos pueden padecer enfermedades inadvertidas, por las que se les dificulte mucho, o no puedan, trabajar remunerados. La vagancia es el vacío, o sea, que los vagos no son tales, pero sí carecen de sueldo. Las enfermedades ignoradas deben ser muchas, y se deben a la violencia histórica.