Entre otras cosas, es para criticarlo bien, porque tiene muchas faltas. Es una obra en proceso, o sea que las notas fueron retocadas, y reiteran varias veces los mismos temas. Para escribirme, hacerlo a juanchaves.baires@gmail.com.

domingo, 17 de abril de 2022

Sobre los grandes etimólogos

 A veces se justifican las definiciones etimológicas en que las dijeron los grandes etimólogos, pero, si bien ellos acertaron mucho el tema, que hayan establecido definiciones no prueba bien que la definición sea correcta. De hecho, la etimología reconocida llega hasta el idioma protoindoeuropeo, de forma hipotética, es decir, que las raíces son supuestas, lo cual implica que no se sabe si son ciertas, por lo que seguro que contienen unos cuantos errores, y más porque no se las compara con los lenguajes africanos, de los que provienen los asiáticos, europeos, oceánicos, americanos y polares, los cuales después les reinfluyeron, y así siguió. La comparación entre los lenguajes humanos de entre Europa y Medio Oriente con los africanos permitiría descubrir las relaciones entre ambos y dilucidar algunos significados, y tendría que completarse con los otros, una tarea muy pesada pero necesaria para un lenguaje más grato. Como la humanidad estuvo en torno de entre 65 y 115 mil años en una zona de África, antes de salir a recorrer ese continente y llegar a la península arábiga hace como entre 90 y 100 mil, hubo ese largo período de existencia africana exclusiva, de cerca de la mitad de la historia humana, empezado por entre el lago Tanganica y la península del golfo de Adén, en el que los hombres hablaron de su realidad, con palabras que prefiguraron a las actuales y que hicieron a la base de la semántica meso y neolítica, y a la metalúrgica, que es la que dejó a muchos de los registros escritos que estudia el empirismo. Esto implica que la indagación de la historia del lenguaje humano anterior a la escritura encontrada se desarrollara poco, porque no se hallaron inscripciones suyas, pero sí hay otras pruebas, como la existencia de la lengua, el órgano bucal con el que hablamos, al que poseen otras especies cuyo origen fue datado, es decir, que tenemos una idea cierta de cuándo se originaron las lenguas, aunque no sea del todo exacta, así como pasa con las cuerdas vocales. Luego, hubo una etapa muy larga de evolución biológica hasta que se formó la humanidad, a partir de cuando comenzó el lenguaje humano, que es un lenguaje primate, de mamíferos respirantes y que crecemos, o sea, que los primeros fonemas humanos provinieron de primates que no nacieron siéndolo. Si la humanidad se inició cuando se empezó a manejar el fuego, el primer hombre hubo sido un especímen mónido grande, antes de prender el fuego a propósito por primera vez, esto es, que antes de eso hubo hablado un lenguaje no humano, en el sentido de comunicarse mediante la emisión de sonidos linguales, y después uno humano, que incorporó fonemas para mencionar al fuego. Como la etapa mesolítica es reciente en nuestra historia, tiene como 12 mil años, gran parte del habla humano es paleolítico: la primera parte es del África tanganico y somaliano, en el cual se habló por entre 65 y 115 mil años sin que se lo hiciera en otro lado, antes de expandirse por el resto de África y los demás continentes, lo que empezó hace entre 100 y 150 mil años, como entre la mitad y dos tercios de la historia humana. Al menos cerca de un tercio de la historia humana, sino alrededor de la mitad, se dio en esa región, y recién después la humanidad conoció las otras, por lo que la etimología debe dar cuenta del lenguaje de ese continente, y de esa región particular, porque, si no, no comprende el inicio del habla humano ni un tramo extenso de su existencia. La etimología fundamentada en escritos da cuenta de un trecho muy corto de la historia del habla humano, porque la escritura conservada es reciente: los primeros escritos reconocidos tienen como cinco milenios, mientras que la humanidad habla desde hace como 215.


Anexo

 La periodización antedicha puede ser incorreta, porque la humanidad puede haberse iniciado por el trabajo con piedras en vez de por la ignición, y porque quizás exceda el plazo de 215 mil años, que es debatido, pero, más allá de eso, el fondo del planteo es el mismo.