Entre otras cosas, es para criticarlo bien, porque tiene muchas faltas. Es una obra en proceso, o sea que las notas fueron retocadas, y reiteran varias veces los mismos temas. Para escribirme, hacerlo a juanchaves.baires@gmail.com.

jueves, 18 de febrero de 2016

Pietismo y manipulación informativa

El hábito pietista de dar por ciertas a las creencias y a las palabras de los monjes y demás autoridades, y por buenas a las leyes, cosas que aparentemente relegan de responsabilidad a la gente común por los juicios y las decisiones que toman, tiene una consecuencia que favorece a la manipulación informativa, ya que los receptores de los mensajes de los medios de comunicación, acostumbrados a suponer que los que hablan dicen la verdad, los aceptan como ciertos sin someterlos a verificación, lo que facilita la manipulación y les dificulta dilucidar los errores comunicativos, que los hay muchos porque la comunicación mediática es dislocada, compleja y apresurada. Por eso es que las campañas de izquierda en contra de la manipulación debieran comenzar por alertar de la falsedad informativa y reclamar a los espectadores que cotejen los mensajes que reciben en vez que tomarlos por ciertos. Las representaciones deben ser tomadas por lo que son, o sea, como representaciones, que hablan sobre los objetos representados pero cuya veracidad sobre ellos debe ser comprobada: es decir que los espectadores tienen que hacer la crítica de los medios de comunicación, para lo que tienen que saber quiénes son sus dueños y productores, y qué intereses tienen.

Y más en general se tendría que exigir a la gente que juzgue por sí misma y que sea responsable de sus actos, cosa que no pasa lo que debiera.

El mal hábito cognoscitivo causado por la religiosidad es el de la credulidad.