Entre otras cosas, es para criticarlo bien, porque tiene muchas faltas. Es una obra en proceso, o sea que las notas fueron retocadas, y reiteran varias veces los mismos temas. Para escribirme, hacerlo a juanchaves.baires@gmail.com.

miércoles, 14 de marzo de 2018

De la falsedad de la izquierda

Todo el arco progresista pierde, desde el centro a la ultraizquierda. La religión progresista no consigue superar la crisis histórica liberal capitalista. La socialdemocracia apenas puede sostener gobiernos intermitentes y débiles. La izquierda no consigue gobernar en el poder ejecutivo, o lo hace poco, excepto en el bloque comunista, en que gobierna algo mal. La ultraizquierda no gobierna nunca más que fuera de las sedes de gobierno, o está sumida en un pesimismo seudorreaccionario, el ultraísmo de la decepción fuerte de las ilusiones paternales para el desarrollo humano. El foucaultismo es un progresismo negado, inasumido y aparentador de reacción, porque es muy falso, llegó hasta a ser misántropo, pero en verdad tiene un fondo oculto de progresismo, tapado por el misticismo raro, denegador por la sucesión de derrotas, que se le traspasaron de la política árquica a la intimidad de las relaciones sexuales, que replicaron al esclavismo, celebraron la esclavitud, y proponiéndola como una forma de liberación, hasta ese punto le llegó la hipocresía. La izquierda, que es revolucionaria sea en la variante que sea, porque tiene aspiraciones de cambio social para mejor, existe fallada, es algo falsa, entre otras causas porque el cuestionamiento a la deificación dominante es minoritario, pero también porque su planteo no deja de ser teísta, así como tiene males políticos y económicos. La izquierda cree en versiones populares de los dioses principales, o en sus sucedáneos, como el Gauchito Gil, y en una serie de dioses raros, como el diablo, Zaratustra, Jah, Ogum, que se le entrecruzan al ateísmo, así como no puede lograr el buen orden propietario. La buena propietarización depende de toda la humanidad, por lo que los gobiernos socialistas no la podrían lograr, aunque se le acercaran. Entonces, además de gobiernos socialistas tendría que existir la autocrítica popular internacional, así como la privada, y ser suficiente, de lo que distamos mucho. Para que el socialismo funcione bien toda la humanidad debiera haber asumido bien al agnosticismo y al socialismo, pero en tanto eso no pase igual puede andar algo bien, aunque no todo lo deseado, que tampoco se satisfacería nunca por completo, no obstante lo cual pueda existir la satisfacción plena intermitente. Parte del programa socialista está siendo desarrollado por el liberalismo, de mala manera, como lo fue el establecimiento de repúblicas democráticas, o los derechos individuales y sociales, lo que le abre el paso a la crítica materialista. El problema ahí es el proletariado, sin cuya co-dirección bien concientizada la evolución histórica fracasa. Un índice de la aspiración evolutiva es la cientificidad proletaria, ligada directo a los relatos sacros, pero otro importante es el de la conciencia de la clase privada.