Entre otras cosas, es para criticarlo bien, porque tiene muchas faltas. Es una obra en proceso, o sea que las notas fueron retocadas, y reiteran varias veces los mismos temas. Para escribirme, hacerlo a juanchaves.baires@gmail.com.

lunes, 26 de marzo de 2018

El debate sobre la base y la superestructura está mal dicotomizado

En las ciencias sociales existe la discusión sobre si lo que prima para determinar la práctica social es la base económica o la superestructura jurídica, política y religiosa, a la que habría que agregarle la periodística, cosa que ya Althusser hubo resuelto bien, aunque haya estado loco y equivocado con otros de sus planteos, con la idea de la sobredeterminación. En verdad es un debate insensato, ya que ambas son instancias materiales, la más abstracta subsiguiente a la primera. Históricamente, en la historia humana, se dio así. El universo que conocemos hasta ahora comenzó con elementos livianos, que compusieron después a los más macizos, pero en la historia biológica terráquea la determinación pasó de lo más concreto a lo más ligero, lo que luego incidió en lo más concreto. Tuvieron una co-determinación iniciada por lo nutritivo y seguida por lo ideal, a lo que se usó para decidir cómo actuar para la supervivencia, algo de mala forma porque al debate sobre la práctica se le metieron malas ideas, que causaron muchos accidentes y enfrentamientos innecesarios, así como malos intereses, con las estratagemas de dominación que aparejaron. El idealismo vigente no es todo fideísta. Es un idealismo confuso porque en cierta medida fue forjado mediante la creencia, que obnubiló al discernimiento y que justificara a los relatos místicos, que con la institucionalización se tornaron en piadosos, a través del uso de templos y de libros, y que impulsaron al orden del comportamiento sacerdotal, en sociedades estamentales, desde que se hicieran sedentarias, con distintos modos de sometimiento de la clase más trabajadora, primero esclava, luego sierva y después asalariada, en modos que todavía coexisten, pero con predominio capitalista. Como el sacerdocio fue consustancial al gobierno, la ley del orden social fue diosera, acorde con el clero, así como tuvo una concordancia crítica con los mayores propietarios económicos. La clase privada aúna al clero alto con las altas finanzas y empresas y el gobierno, en una alianza inestable que a su vez es pujada desde abajo, con las contradicciones internas que tiene la base y la conciliación repugnada entre ambas partes.

Esto aplica bien para Occidente y puede que requiera de retoques para el resto del mundo, pero en general fue así.