Cuando Jesús pensó que dios lo envió para redimir a la humanidad se consideró a sí mismo como superior al común de la gente, en lo que se equivocó. Jesús fue un miembro de la especie humana como cualquier otro, con sus características particulares. Fue un ser humano, animal como todos, con su maldad y su bondad, quizás ésta mayor que la de muchos, o no, pero no es aseverable con certeza plena que dios le haya asignado la misión de salvarnos.