Entre otras cosas, es para criticarlo bien, porque tiene muchas faltas. Es una obra en proceso, o sea que las notas fueron retocadas, y reiteran varias veces los mismos temas. Para escribirme, hacerlo a juanchaves.baires@gmail.com.

domingo, 13 de mayo de 2018

Del comunismo religioso

El comunismo no es sólo un invento de Marx, porque ya los sacerdotes y los intelectuales laicos anteriores a él lo empezaron a vislumbrar. De hecho, la idea de la comunidad también se da en la religión, y no sólo por la influencia del comunismo marxista, sino porque las órdenes religiosas establecieron sentidos comunitarios, a la par de los creyentes laicos. Los miembros de las iglesias y sus seguidores, al existir en comunidades, pensaron en cómo debían ser las relaciones entre sus integrantes, de lo cual postularon preceptos para la práctica individual de aquellos a quienes conocieron, pero de forma incoherente y dispuesta algo desde los mandamientos sacros, que a su vez existieron en contradicción concordante con los postulados laicos. La apuesta de Marx fue la de ordenar a la sociedad humana desde reglas construidas de acuerdo a la verdad, lo que es insuficiente pero necesario para la buena concordia social.

El comunismo religioso se expresa, por ejemplo, en el cristianismo socialista, llamado socialcristianismo, que es progresista en materia de igualdad social y de reapropiación popular de los medios productivos mayores, por lo que, en materia de derechos civiles, también tiene un impulso libertario, pero ya más retenido por los prejuicios morales de la religión. Es un liberalismo que combina la defensa del capitalismo con el proteccionismo bienestarista y la búsqueda del socialismo a mediano plazo, que está algo contrariado por su adscripción dogmática y por el predominio del liberalismo conservador, que a su vez se refuerza en la ley suprema.