Entre otras cosas, es para criticarlo bien, porque tiene muchas faltas. Es una obra en proceso, o sea que las notas fueron retocadas, y reiteran varias veces los mismos temas. Para escribirme, hacerlo a juanchaves.baires@gmail.com.

miércoles, 29 de mayo de 2019

¿El alma se transporta?

El alma es corporal. Las figuras individuales que nos hacemos en la mente son las de los cuerpos de la gente y son creadas a partir de los sentidos. El oído es de vibración aérea, porque lo que activa a los tímpanos es el movimiento de las moléculas del aire, el de las ondas sonoras. El olfato es corpóreo, al respirarse las hormonas ajenas, u otras partículas que también son desprendimientos corporales. El gusto también es químico y físico, lo mismo que el tacto y el pensamiento. Al recordar a otros recreamos sus recuerdos en nuestro interior, nos los representamos, por lo que imaginamos sus almas, nos hacemos sus imágenes más abstractas, que son las de sus cuerpos, de los que conocimos actos, sin que siempre los pensáramos bien. Al recordar al cuerpo se rememora al alma porque el alma es parte del cuerpo.

Cuando con la luz se transportan los fotones no se traslada el cuerpo objetivo, pero sí se alteran los fotones de modo tal que a quienes lo miran éstos les llegan de una forma que les da su idea visual, que es la de la vista, aunque ésta no sea del todo objetiva. El hecho de que no sepamos cosas sobre el modo en que nos representamos el mundo no implica que no haya una determinación de lo externo al interior, que se reproduce cerca de ser del todo exacta muchas veces, sin que eso baste para la buena convivencia por los muchos y graves yerros ideológicos de las culturas, que inciden menos en la percepción que en las respuestas dadas a la comprensión de la realidad. El sujeto pone su cuerpo al conocer, o, mejor dicho, el que conoce es el cuerpo que vive. El entendimiento se hace con las facultades sensibles y se sintetiza al pensar, cosa hecha según el cuerpo que se sea y con las ideas que se tengan, que hacen al cuerpo que se es porque las ideas son formas subjetivas, es decir, que se componen de materia, la de dentro de los cuerpos vivientes que participan en la actividad nerviosa que las crea.

Encuentro dos definiciones para el alma. Una es la de la propia sensibilidad, a la que experimentamos como nuestra subjetividad, que es pensante. Debe serlo incluso en los vegetales. Habría que averiguar del pensamiento vegetal. La otra, la del recuerdo de seres vivos próximos a nosotros, que también sucede en nuestra subjetividad, pero el recuerdo de las almas ajenas no es las almas mismas. Una es el alma propia y la otra la representación de las ajenas, recreadas en nosotros mismos, pero lo que más nos importa no es el alma sino el cuerpo, ya que éste la contiene y porque el interés viviente prioriza a los cuerpos completos, con sus actos, en tanto que ambos son más importantes para nuestra vida. Entonces, las almas no se transportan directo, pero sí se las representa: se transforman intersubjetivamente. Los cuerpos vivientes sí se trasponen entre sí, mediante partículas, fluidos, emanaciones visuales y sonoras, y demás, cosa que permite la remembranza, que es una trasposición indirecta. Puede deducirse la sensibilidad ajena al pensar en la conducta del ser recordado, lo que es un modo especial del traslado, en el que lo que va de un lugar a otro no es el cuerpo mismo, sino materia derivada de él, que faculta la representación de su subjetividad.