Entre otras cosas, es para criticarlo bien, porque tiene muchas faltas. Es una obra en proceso, o sea que las notas fueron retocadas, y reiteran varias veces los mismos temas. Para escribirme, hacerlo a juanchaves.baires@gmail.com.

sábado, 4 de mayo de 2019

Preguntas sobre el espíritu

¿Qué es el espíritu? ¿Son los fantasmas, a los que imaginamos en lo objetivo, sin percatarnos de que son inventos de nuestra mente? ¿Son algunas de nuestras sensaciones más queridas, como los recuerdos de los ausentes? ¿Son las figuras más ponderadas de la mente? Yo los veo como las ideas que nos hacemos de seres a los que valoramos mucho, que solieron ser más vivos que muertos, aunque a veces a estos últimos se les atribuyera carácter espiritual, como en el animismo, que les atribuyó alma hasta a las cosas inertes. Los muertos a los que recordamos estuvieron vivos alguna vez, o sea que están en la intersección entre los vivos y los inorgánicos: recordamos quienes fueron cuando vivieron, pero también podemos pensar en qué fue de la materia que los compuso luego de que fallecieran. Los espíritus son las almas y algunas de las ideas que contienen, las que más valoramos, o sea que hasta los seres inertes poseen uno, que existe no en sí mismos sino en la mente de quienes vivimos y los pensamos, cuando eso ocurre. La noción del espíritu es por la respiración, viene de expirar, por lo que es propia de los seres repirantes, los vivientes, que respiramos.

Las cosas que no viven no tienen alma por no ser vivientes, pero son cuerpos, con la fuerza necesaria para ser algo diferente de lo que las rodea, una que no es viviente pero que genera a la viviente, la de los cuerpos que hacen a los organismos, a la que conocemos por incorporarla y mediante los sentidos, y a la que pensamos en la mente, para decidir nuestra producción, por lo que es necesario que se entienda bien la realidad, que primero es corporal, de la química, antes que física, porque la materia antecede a la actividad: no hay fuerza sin materia, pero toda materia es enérgica. La fuerza es una abstracción de los cuerpos, como la forma. En sí misma no es plena, como sí lo es el cuerpo, que tiene fuerza. Las cosas muertas tienen orden químico y energía, pero no la percepción de sí mismas, no son sintientes, ni nutritivas, pero nutren a los vivos cuando se incorporan a ellos. El alma es la fuerza vital del sistema nervioso, que es corporal, y es concreta, de una masa diferente a la inerte y a la orgánica que le es externa, la del cuerpo muscular y la de los órganos. Es nuestra sensación, la manifestación neuronal, con sus sentimientos y pensamientos, que son tanto sentimientos como sensaciones. Los sentimientos son sensaciones un poco más compuestas, más craneanas, pero son de todo el cuerpo, es decir, que hay sensaciones que no son sentimientos, las sensaciones primarias, las del cerebro poco desarrollado, anterior a la osificación de la cabeza. El pensamiento vendría a ser una sensación terciaria, también sentimental; el sentimiento, una sensación secundaria. Aún así, a esta explicación le falta corporalidad, porque tiene que comprender la relación entre la cabeza y el resto del cuerpo, con el cuello, el torso, el abdomen, la pelvis, los brazos y las piernas, y eso inmerso en la práctica histórica del género y con su pasado y propiedad. La historia del alma es la de los seres vivos, que la poseemos, pero también es la de los muertos que nos rodean, porque ellos hacen a nuestra existencia viviente, así como es la de las propiedades que le permitieron ser.