Entre otras cosas, es para criticarlo bien, porque tiene muchas faltas. Es una obra en proceso, o sea que las notas fueron retocadas, y reiteran varias veces los mismos temas. Para escribirme, hacerlo a juanchaves.baires@gmail.com.

martes, 7 de mayo de 2019

Del pre-socialismo y el pre-comunismo

El socialismo y el comunismo presidentes, los que tienen las presidencias de los países de gobierno poli-partidario en que los partidos socialistas obtuvieron los mandos ejecutivos y el comunismo de gobierno unipartidario, en verdad anteceden al socialismo y al comunismo, los proponen como meta mientras que prima el capital y la república, incluso en sus propios países, de saber bastante creyente, con credos mistificatorios hasta de congregaciones complejas con amplia inserción y arraigo social. Son capitalismos secundarios y raros, que discrepan del primero, el del teísmo protestante, el que prioriza más la propiedad privada, que es seguido por el resto del cristianismo, fundamento principal de la doctrina liberal, antes que el islamismo y los restantes credos. En el capitalismo la acumulación más importante se realiza en dólares, un billete protestante, por lo que hay una relación directa entre el protestantismo y el modo de acumulación capitalista, pero eso no quita que podría haber un capitalismo ateo, sucesor del de teísmo ecuménico aunque mal verticalizado en la tenencia de riquezas. El reemplazo del dólar por el yuan implicaría que este último ganara más confianza internacional que aquél, lo que mantendría al problema de la confianza en la moneda, esto es, del enaltecimiento de la fe cómo razón para justificar los intercambios de bienes y la adoración inconciente a la diosa Juno. El dios del bien al que se aclama en el dólar no es sólo protestante, sino que es el de todo el cristianismo, así como uno que encabeza a una tropa de seguidores, igual que en el islam, al que se le llama distinto, con el nombre de Alá, ambos con sus versiones negativas concentradas en la figura del diablo. Este esquema abrahámico ya estaba en el zoroastrismo, de teísmo bipolar, lo que causó que la discusión teológica, con influencia en el resto de la filosofía, girara mucho de acuerdo a motivos bipolares, con la distinción absoluta entre el mal y el bien que supone que el orden ganador es bueno y el perdedor malo, cosa que tampoco es verdad. Lo que hace falta es que el socialismo gane bien, para lo cual debe empezar por ser buen perdedor, ya que no podrá ganar bien hasta que la mayoría de la sociedad lo quiera.

El liberalismo, como doctrina del capital, no es de un ecumenismo cualquiera, sino de uno en particular, que es liderado por el protestantismo y seguido del resto del cristianismo, con prevalencia secundaria del catolicismo occidental y del ortodoxo, antes que el islam, con sus diversas corrientes, el hinduismo, el budismo, el confucionismo, el sintoísmo, las religiones animistas y las restantes, que existen poco en estado puro, más bien moderadas, y sincréticas. El materialismo es la doctrina proletaria, muy ramificada en el marxismo, con sus vertientes, y el gandhismo como socialismo teísta. Las corrientes anarquistas oscilan entre el materialismo y el nihilismo, las primeras más próximas al socialismo y las segundas al apoliticismo y la despolitización, dada la naturaleza autodestructiva del nihilismo, por ser partidario de la negación y ligarse al culto de la muerte, no sin cierta razón debido a lo penoso de la sociedad vigente, pero también muy próximo a las ideas de la derecha extraña. La mala oscuridad atraviesa a todos los idearios, así como la mala claridad, al igual que las buenas y de formas irregulares.