Entre otras cosas, es para criticarlo bien, porque tiene muchas faltas. Es una obra en proceso, o sea que las notas fueron retocadas, y reiteran varias veces los mismos temas. Para escribirme, hacerlo a juanchaves.baires@gmail.com.

sábado, 4 de mayo de 2019

De nuestra reencarnación

La materia que compone a nuestros cuerpos vivos, los de los seres animados, persiste de forma inerte tras nuestra defunción. Se pudre y permanece en parte muerta, mientras que alguna otra se incorpora a otros seres vivos. De allí nuestra futura reencarnación en muchos otros seres vivientes, que es la del cuerpo, no la del alma, ya que el alma es la actividad auto-percibida del sistema nervioso, no el sistema mismo. La materia que hace al alma, es decir, los átomos neuronales, sí pueden componer otros organismos vivos luego de morir aquél al que pertenecen, pero el alma no reencarna porque cesa al morir el cuerpo en el que sucede. El alma es la sensibilidad, propia de los seres vivientes, y la carne los tejidos vivos masticables, que los tienen hasta los vegetales.