Entre otras cosas, es para criticarlo bien, porque tiene muchas faltas. Es una obra en proceso, o sea que las notas fueron retocadas, y reiteran varias veces los mismos temas. Para escribirme, hacerlo a juanchaves.baires@gmail.com.

jueves, 22 de septiembre de 2022

Saber de más hace mal

 Se sabe que el saber hace al poder. El saber no es poder, sino que lo permite, porque para poder algo hay que saber cómo hacerlo, así como implementar dicha técnica, lo cual se hace en colectivo, y de ello tantos problemas. De ahí que se suponga que el saber beneficia a quienes lo detentan en que les sirve para mantener su poder de dominio, pero, como a veces se sabe mal, el poder derivado de ello se revierte para mal en quienes lo poseen, causándoles un liderazgo infeliz, en que se perjudica la sociedad entera mientras que rige porque la clase hegemónica la ordena a toda, aunque no del todo, y siendo que el saber de abajo no es del todo verdadero, e impulsa con mucho empuje, por su gran masividad, a la perversión de arriba. Dicha desgracia determina el humor de la clase más alta, que es la principal formadora del precio de las mercancías, porque se compone del gran empresariado, que goza de alguna libertad excesiva para decidir el precio que le pone a los bienes que vende, y por eso influye mucho en la inflación del precio de venta, que opera como regulador del consumo obrero, un regulador de carácter maligno por lo ilógico de su fundamento teórico, que condena a su propia naturaleza, lo que trastorna la existencia social y hace deficitarias a las finanzas, que transcurren en deuda. Así como se piensa la creación de todo y la concepción humana, se funda la economía, ordenada de acuerdo a la idea de la realidad que se adopte. La postura política responde a la interpretación de la historia, o sea, que a la concepción científica individual, que existe asociada, y a la crítica del presente, que depende del periodismo y de cómo se lo lea.