Entre otras cosas, es para criticarlo bien, porque tiene muchas faltas. Es una obra en proceso, o sea que las notas fueron retocadas, y reiteran varias veces los mismos temas. Para escribirme, hacerlo a juanchaves.baires@gmail.com.

domingo, 17 de julio de 2016

Recuento autobiográfico del automovilismo argentino, con crítica final

Cuando yo era chico, en 1982 más o menos, teníamos un Peugeot 404 marrón que tenía las patentes viejas, de números blancos sobre fondo negro, esas que fueron reemplazadas en 1994 por las otras de tres letras y tres números, también de números blancos sobre fondo negro, pero con un reborde blanco y de una forma rectangular menos estirada que las anteriores, patentes que a su vez en 2015 fueron reemplazadas por otras, que tienen el fondo blanco, las letras negras y una placa celeste arriba que dice el nombre del país en letras blancas y tienen la bandera y el símbolo del Mercosur, aparte de dos letras, tres números y otras dos letras más. Las más viejas tenían una letra, antes del número, que indicaba la provincia en que estaba registrado el automóvil, y fueron inauguradas en 1964, en tanto que las que le sucedieron tenían el escudo nacional y el nombre del país.

Más o menos en 1992 mi familia, en los términos judeocristianísticos de la legislación vigente, tenía un automóvil de marca Volkswagen modelo 1500 rural, cuya patente era C1391285, y un Fiat Spazio de patente B2264163, o sea que para ese entonces en la capital federal había registrados más o menos un millón y medio de automóviles, en tanto que en la provincia de Buenos Aires había como dos millones y medio, y eso venía desde 1964, lo que da que entre 1964 y 1992 en la ciudad y la provincia de Buenos Aires el parque automotor creció hasta cerca de 4 millones de unidades. Ya en 1992 andar en el centro de la ciudad de Buenos Aires era molesto por la contaminación automotriz, pero a partir de la conformación del Mercosur, en 1991, la cosa empeoró muchísimo por la producción industrial de San Pablo, y otras menores como la de Córdoba, cosa que aparejó que entre 1994 y 2015 el parque automotor del país llegase al total de 27 millones de unidades, por lo que el monto que podían medir las tres letras y tres números de la patente nueva llegase a su tope y se tuviera que idear otro sistema, que es el que rige desde el año pasado. Por eso es que lo que antes era un problema serio en el centro porteño se extendiera a las otras ciudades y a las periferias de las grandes. En 1992 la población argentina era de alrededor de 33 millones y medio, en tanto que la provincia y la ciudad de Buenos Aires concentran hoy en día a cerca de un tercio de la población nacional, de 44 millones. Entonces, puedo estimar que a fines del período entre 1964 y 1994 hubo 12 millones de automóviles en el país, en tanto que para 2015 la cantidad era de 27 millones.

El automovilismo se presentó a sí mismo como una solución a la cuestión del transporte, pero en realidad lo solucionó en parte y lo incrementó en otros aspectos, porque las personas, en vez que organizarse para tener que viajar poco, priorizando el peatonismo, la locomoción vehicular de tracción a sangre y el transporte público, programan su desplazamiento dando por supuesto que la distancia no es un problema serio, porque tienen vehículos particulares, lo que redunda es un caos del tránsito que contamina, interrumpe la socialidad porque fragmenta el espacio urbano, se presta a los negociados corruptos para la construcción de la infraestructura vial, apareja coimas policiales, requiere mantenimiento mecánico permanente y sale mucha plata, por lo que hace trabajar varios días por mes a los propietarios automoviliarios, y eso no agota el tema, con todo ese autoritarismo de los conductores y copilotos que tienen que someter a los hijos durante los viajes porque mientras estos se aburren, o quieren jugar, aquellos tienen que manejar bien, lo que demanda mucha concentración a gente ya sobrecargada de por sí, aparte de las peleas por la elección de la sintonía radial y tantas otras cosas, como los accidentes, lo que cuesta estacionar y el tramiterío de los seguros y habilitaciones.