Soliloquio de San Pedro. “Arturo... Ernesto... María Claudia... Roberta... Mmmhh... ¡No está!...”. “Me dijo usted que se llama Pato ¿no?”. El interlocutor asiente. San Pedro se toma una pausa en la que se rasca la barbilla, y afirma: “Se va a tener que ir para abajo, mijíto”. “¡¡Pero señor!!”. “¡Blá bla blá!”... Argumento chanta. Y allá abajo lo mandaron.