Entre otras cosas, es para criticarlo bien, porque tiene muchas faltas. Es una obra en proceso, o sea que las notas fueron retocadas, y reiteran varias veces los mismos temas. Para escribirme, hacerlo a juanchaves.baires@gmail.com.

viernes, 11 de agosto de 2017

Joder, foder, cojer. Dos dimensiones de la sexualidad

Hay una semejanza entre estas palabras, que entremezcla al juego con el sexo. Los españoles a coger le dicen follar, y dicen joda como sinónimo de molestia, como acá cuando se la trata a la gente de jodida, equiparándola a maltratante, o a frita. Cuando dicen que alguien está jodido es que fue perjudicado, o mal quistado. Hay una remisión de la joda al maltrato, como cuando la gente pide que no la jodan, e irse de joda e le dice a salir de juerga, a parrandear, formas adultas de jugar. Entonces, tanto la actividad sexual, la sexicación, como el juego, están mal definidos, al ser parte de un orden social mal producido. La falencia gay es correlativa a la mala productividad general del orden social, porque la coexistencia humana es conjunta y se influencia recíprocamente, pero asimismo lo es su éxito, y por el mismo motivo a la inversa.

La sexualidad es lúdica, y en la prostitución es de un ludismo fallido, por ser de amor falso, a consecuencia del sometimiento sexual y de su financiarización, el mercantilismo es cortamambo, es desenamorante, y el ludismo las más de las veces es asexual, y también de cualidad variable según su composición con la del resto del orden social.

La sexualidad se compone de dos partes. Una es la natural, el sexo corporal, el biológico. La otra es la cultural, la que se forma con la socialización, que abarca tanto a la identidad social como a la sexualidad ejercida, a la práctica sexual.