Entre otras cosas, es para criticarlo bien, porque tiene muchas faltas. Es una obra en proceso, o sea que las notas fueron retocadas, y reiteran varias veces los mismos temas. Para escribirme, hacerlo a juanchaves.baires@gmail.com.

miércoles, 16 de agosto de 2017

De que el valor de cambio tanto como los dioses son abstracciones puras

Ya debo haber escrito esto antes, pero no me acuerdo. Así que lo vuelvo a tratar.

Una cuestión central a la economía fideísta, y a su derivada en el capitalismo socialista, es la del carácter puro del valor de cambio. En tanto que representación mental, como números en la conciencia, el capital llega al máximo nivel de pureza alcanzado hasta ahora, como la representación subjetiva que se hace de los dioses, que son ideas puras. Como valores financieros, objetivados en billetes, títulos de deuda y acciones, este capital se concretiza más, y más aún lo hace cuando se trata de las sedes fabriles, la maquinaria, las herramientas, la tierra y otros parecidos a éstos. Entonces, de abajo hacia arriba, hay una transformación de la materia que parte de la más concreta y que llega hasta la más abstracta, que son las ideas puras de la especulación capitalista, necesarias para la transferencia de liquidez. Eso demuestra la afinidad conceptual entre el capitalismo y la piedad, que existe porque el capitalismo es un sistema fetichista y que enaltece a la razón pura, de raigambre kantiana, una filosofía tanto pietista como protoburguesa, que tiene antecedentes en la filosofía medieval y antigua, en particular en el aristotelismo, en el que el intelecto activo fue asimilado a los dioses por su capacidad de hacer que se transforme a la materia según sus designios, y que además era burgués en el sentido de urbano, y era aristocrático, aunque al modo esclavista. El modo de producción griego antiguo fue un politeísmo esclavista y patriarcal con gobiernos más o menos hipoárquicos, en tanto que eran entre tiránicos y democráticos, pero de un democratismo restringido a los hombres libres, que eran minoría.

La lógica que reúne al capitalismo con la religión es una lógica boba. Todas las lógicas religiosas tienen algo de bobería, más que las ateas, que también la tienen, en tanto que la bobería es un rasgo del carácter humano que es más preponderante en las creencias. Por lo tanto, es una lógica que aplica históricamente, con excepciones, variantes y dislates.

La razón abstracta no es mala en sí misma, y es necesaria para la buena convivencia.