Entre otras cosas, es para criticarlo bien, porque tiene muchas faltas. Es una obra en proceso, o sea que las notas fueron retocadas, y reiteran varias veces los mismos temas. Para escribirme, hacerlo a juanchaves.baires@gmail.com.

viernes, 7 de septiembre de 2018

Auge financiero y posverdad

El capital más especulativo es el ficticio, es decir, el capital más artificial, el más ficcional: es el más distanciado de la realidad necesaria, y es afín a la posverdad porque la verdad es precisa para la subsistencia, en tanto que este capital es el más abstraído de la economía que produce los bienes más requeridos para sobrevivir, o sea, los agrícolas, industriales y de servicios sanitarios y educativos, cuyo buen suceso exige que la crítica de la materia que involucra sea cierta. La entronización del simulacro posmoderno es contemporánea al capitalismo de la especulación bursátil, monetaria y debital, lo mismo que a la fuga a los depósitos de cargas fiscales anuladas. El hecho de que a los sitios de estas guaridas se los llame "paraísos" da cuenta no sólo de la belleza de los lugares en que se emplazan algunas, sino también de la alta estima en que se tiene al capital más abstracto, estima que es mitológica en que responde al relato del infierno y el purgatorio, lo mismo que es liberal en lo que hace a la recusación de los tributos a las grandes ganancias.

El capital ficticio es posmoderno en el sentido de que es muy desmedido: rompe el anhelo moderno de mesurar bien la economía con una acumulación exorbitante. De allí que el estilo posmoderno sea contemporáneo al del cénit del capital más bancario, que se basa en la economía capitalista popular, de origen fidente y religioso, pero que generó un monto enorme de capitales a partir de su dinámica interna, de magnitud mucho mayor que la de la economía de valorización salarial. Como la moral del liberalismo ortodoxo es más estricta que la del heterodoxo, su castidad es mayor, entendida ésta como purificación, por lo que su generación de valores abstractos también lo es, cosa que existe en crisis por su propia falsedad. Esto implica que la clase de capitalistas privados es una oligarquía mundial, compuesta por pocas personas de carácter áspero que generaron una masa exponencial de capitales a la vez que una política austera. La sequedad de los valores de cambio más refinados se corresponde a la morbilidad social vigente.