Una es la censura comunista, que tampoco es del todo injusta, ya que las comunicaciones masivas tienen que ser muy medidas, por la cantidad de propiedades que requieren, por lo que no se debiera publicar a la ligera, ni tampoco mensajes malignos, o falsos, que igual los hay. La otra es la censura liberal, que si bien es poca dentro de las empresas periodísticas, se da mucho por el acceso a los puestos de trabajo y a las noticias, para tener las cuales hay que pagar, por lo que, si no se puede comprarlas, se las pierde.