El capitalismo debe ser desacreditado por la tristeza que causa, pero no cualquier desacreditación sería justa, lo que es necesario para que tenga buen efecto. A la vez, las injusticias del sistema humano en curso se deben mucho a nuestros credos, por lo que la crítica les tiene que correlacionar en profundidad. El desacreditamiento de nuestro sistema social no tiene que ser absoluto sino relativo. Quizás no general sino mayoritario, o de minoría mediana, y además ser de buen modo.