Entre otras cosas, es para criticarlo bien, porque tiene muchas faltas. Es una obra en proceso, o sea que las notas fueron retocadas, y reiteran varias veces los mismos temas. Para escribirme, hacerlo a juanchaves.baires@gmail.com.

miércoles, 9 de diciembre de 2020

Sobre la vanguardia política en democracia polipartidaria

 El problema mayor de las vanguardias políticas en las democracias de sufragio universal y polipartidario es que tienen que obtener muchos de los votos del pueblo, para lo cual hace falta que se analice bien el interés político popular. Si la vanguardia se desfasa mucho del pueblo, pierde muchos votos, por lo que no puede presidir el gobierno, y para no desfasarse, en general, tiene que ser centrista, salvo que el pueblo se radicalice de repente, lo que no suele ocurrir y que, en el caso de darse, tiende a suceder con el retraso propio de las políticas clericales, dado que los pueblos son bastante teístas, aunque de forma laica casi que del todo, exceptuando a los sacerdotes comunes, que son tanto eclesiásticos como populares. Aparte, a la influencia de las iglesias en el pueblo se suma la del periodismo liberal, en sus versiones progresista, conservadora y reaccionaria, desde el centro a la ultraderecha, con la derecha intermedia entre ambas. 

 Las vanguardias deben relacionarse bien con sus sujetos de base, para lo cual tienen que conocerlos bien y adaptarse críticamente a sus características, para lograr un desarrollo con buen cuerpo político, pero además, siguiendo una crítica suficiente sobre la correlación de las fuerzas, tienen que llevarse bien entre sí, dado que la fragmentación le resta empuje al impulso revolucionario, que en general está entre moderado y detenido por la hegemonía conservadora. En ello es importante reconocer el apoyo popular al sistema vigente, ya que es masivo y porque no dar cuenta de él equivoca las expectativas estratégicas.