Entre otras cosas, es para criticarlo bien, porque tiene muchas faltas. Es una obra en proceso, o sea que las notas fueron retocadas, y reiteran varias veces los mismos temas. Para escribirme, hacerlo a juanchaves.baires@gmail.com.

miércoles, 10 de febrero de 2021

Repetición sobre el "lawfare"

 No es una guerra legal, sino una persecución antiprogresista, que se focaliza en los tribunales, la prensa y los parlamentos más que en el ejército, aunque éste también participa, como en Bolivia, donde el oficial actuó por omisión al permitir el golpe de la milicia privada de Camacho. Es un tipo de golpismo más sofisticado que el de las dictaduras de los ´70, que responde al descrédito en que cayeron. Ahora se está dando el deceso de los gobiernos oligárquicos asumidos con estos golpes perfeccionados y la reposición de gobiernos progresistas, insuficientes para resolver bien la crisis pero necesarios para acercarse a ello y para desempobrecer a los pueblos, aunque se lo haga poco, sino para al menos detener, o reducir, el empobrecimiento, que es la mejor opción, y la que nos deja menos lejos de un cambio mayor, cuando los pueblos se falsean tanto como para optar por candidaturas presidenciales reaccionarias. Para una mejor salida tiene que estar lista la clase obrera, a la que le viene bien que el empresariado mediano sea moderado en vez que retrógrado, y haber una articulación superestructural amplia y sólida cuyo programa sea por lo menos de reformismo pesado, sino abiertamente revolucionario, pero eso debiera ser definido en las elecciones internas de las coaliciones partidarias progresistas, cuyas bases son populares, o sea, que la radicalidad de los frentes filosocialistas depende de la postura política de los pueblos, que es poco de izquierda: la gran mayoría está entre el centroizquierda populista, que es teísta, como el socialcristianismo, y la ultraderecha moderada del liberalismo privatizador, entre los cuales está la democracia cristiana progresiva, esto en Occidente. En Oriente se da, principalmente, con las vertientes políticas del islamismo y el hinduísmo, salvo en China, que tiene un gobierno unipartidario ateo, del que está excluido el confucionismo y el budismo, aunque el partido comunista chino retoma algunas de sus enseñanzas. Falta ver en África y los demás países, como Japón y los de Indochina y el archipiélago malayo, así como la participación política animista, como la del indigenismo latinoamericano. Australia es parecido a Occidente.