La gente de derecha se sacrifica más que la de izquierda por los mandatos religiosos que sigue, que son muy de proclamar que se debe salvar y purificar el alma mediante el tormento, lo cual traslada a sus quehaceres, y por eso reprueba tanto a la de izquierda cuando se da a la holgazanería. Hay una contratendencia de esto, por ejemplo, cuando la izquierda exalta mucho al trabajo duro, pero la solución pasa no porque la izquierda se sacrifique más, sino porque la derecha lo haga menos, lo cual requiere un punto justo difícil de precisar y que depende de cómo se entienda la realidad. Alguna lucha ideológica tiene que haber, así como política, económica y demás, las cuales se entrecruzan, pero no cualquiera es buena, y la que haya, sea buena o mala, dificulta el disfrute por su daño, así que debe darse la menor que sea posible de buena forma.