jueves, 16 de enero de 2025

De la muerte de Rosa de Luxemburgo

 Ayer en Infobae salió una nota de Daniel Cecchini que dice que a Rosa de Luxemburgo la mató un grupo paramilitar a las órdenes del gobierno socialdemócrata de Friedrich Ebert, a diferencia de la versión oficial, que decía que fue una turba, y de la publicada en Wikipedia, que acusa a Wilhelm Canaris por medio de una declaración de Baldur von Schirach. La versión de este Cecchini se basa en una afirmación del ex capitán de la Wehrmatch y antiguo miembro de los Freikorps, una milicia de ultraderecha, Waldemar Pabst, quien en 1962, a sus 82 años, dijo que a ella y a Karl Liebknecht les asesinaron por iniciativa suya y por orden del ministro Gustav Noske, luego de la insurrección espartaquista que proclamó la República Socialista Libre de Alemania y que fuera duramente reprimida por el ejército alemán. Entonces, hay tres versiones sobre su muerte, lo cual debe llevar a que se las tome por hipotéticas hasta que se descubra cuál es la verdad del asunto, que puede o no coincidir con alguna de las tres, o combinar a todas o algunas. La versión de Daniel Cecchini se basa en la declaración de Waldemar Pabst, hecha mucho después de la muerte de Gustav Noske, ocurrida en 1946, así que, por un lado, este Noske no la pudo contestar, y, por otro, para validarla hay que darle crédito a uno de los principales culpables del asesinato, quien declaró que tenía razones teológicas y morales para perpetrarlo, cosa que da para pensar si no tuvo otras de esas para mentir sobre el tema con el fin de enemistar al socialismo bernsteiniano con el luxemburguista. No es seguro, y si fue culpa del gobierno de Friedrich Ebert sus adherentes deberán pagar bien por ello, pero a ciencia cierta no se sabe cómo fue, porque la versión de este Pabst no fue confirmada, al menos por extenso, como tampoco me consta para la de aquel von Schirach. 

 Más importante es dilucidar bien cómo fue que estos dos grupos de izquierda terminaron enfrentados a muerte y reprimiendo uno tan cruelmente al otro, porque embates como ese retrasan mucho la revolución y llevan a una hostilidad militante que perjudica la vida de los socialistas. Es probable que tal disputa respondiera a que la reivindicación marxista del proletariado es algo exagerada, por lo que condujo a expectativas políticas mayores de las que se podía lograr en lo inmediato y a pujas perdedoras, pero esto entre otros temas porque el asunto es muy complejo, y debería ser analizado en detalle, lo que es un trabajo pesado. También está la cuestión militar, que hizo que en la Rusia zarista fuera más fácil hacer una revolución directa, de tomar las sedes del gobierno por la fuerza armada, ya que el gobierno del zar estaba muy desprestigiado por las penurias del feudalismo y la guerra europea y muy debilitado su ejército por los combates armados, a punto tal que los bolcheviques tomaron el palacio de gobierno disparando pocos tiros, con apoyo de la policía local, mientras que en Alemania el ejército oficial tuvo la fuerza suficiente como para reprimir al levantamiento espartaquista y vencerlo, dejando cientos o miles de insurrectos muertos. El tema es muy amplio y merece más dedicación.