Hoy en día está muy de moda el argumento de que no hay que juzgarse, como si juzgar al otro fuese malo, lo que no siempre se da, porque a veces se juzga bien a los demás, incluso aunque el juicio sea reprobatorio, que tampoco lo es siempre. Para que se componga bien el orden social, los hombres, tanto intergenéricos como mujeres y varones, tienen que juzgarse bien entre sí, y para eso entender la historia más de veras. Juzgar bien al otro es necesario para establecer bien las relaciones sociales. Para acompañarse bien hay que juzgarse bien.