Entre otras cosas, es para criticarlo bien, porque tiene muchas faltas. Es una obra en proceso, o sea que las notas fueron retocadas, y reiteran varias veces los mismos temas. Para escribirme, hacerlo a juanchaves.baires@gmail.com.

miércoles, 12 de mayo de 2021

La generización humana en neutro es usada de más

 Con el destape de lo raro se impuso en Argentina el uso del neutro para los géneros humanos, hasta demasiado, por lo que se generiza mucho con la e, a veces hasta más que en masculino, y casi siempre más que en femenino. El uso del género tiene que corresponderse bien con los géneros de las personas de quienes se hable, no sólo los autoasignados, sino también los de asignación externa, que tampoco son siempre bien definidos, por lo que cabe que se lo haga más en femenino y menos en neutro, así como un tanto en masculino, de acuerdo a los géneros de la sociedad, que se corresponden con sus cuerpos, también híbridos y cambiantes, cuyo placer depende de cómo se organice la sociedad, por lo que de su conciencia. La generización en neutro se combina más con intersexuales, porque tienen el cuerpo con el sexo entremezclado, siendo a veces transgéneros, así como va con lo transgénero masculino y femenino, pero el transgenerismo no modifica casi nunca la forma de los miembros sexuales con que nacemos, aunque sí con las operaciones e ingestión de hormonas, ambas debatibles porque tuvieron, o pueden tener, malos resultados. Si la mayoría de las personas a que se refiere son mujeres, salvo excepciones, se debiera subjetivar en femenino, lo mismo que si fuera mixta con e y si varonil con o. El género se define por la actividad de quien sea, llendo de lo bélico a lo gastronómico porque lo varonil es la guerra y lo mujeril la molienda, de acuerdo a la etimología de cada cual, pero ambas son prácticas corporales, por lo que el cuerpo propio les determina mucho, así como la mente, que es una parte del cuerpo y que no siempre obra bien, ya que puede tener mal juicio, al que se reconoce por sus consecuencias, a las que se siente. El sentimiento nos permite evaluar las consecuencias de nuestros actos, y por ende con él juzgamos nuestras ideas y nuestras otras prácticas. A la vez, las ideas son sentimientos, son los sentimientos que tenemos en la mente, son sensaciones del cerebro, con su forma particular. A su veracidad se la evalúa comparándolas con sus objetos, los temas de que tratan, ni siempre del todo bien ni siempre del todo mal. Después, su implementación, es otro tema complejo, que además es social y contradictorio.

 El neutro aplica bien para la gente intergénero, la que tiene un género intermedio entre femenino y masculino, pero para varones y mujeres no va tan bien, por lo que se debe corregirle el uso. Ni a las ni a los travestis les reconoce bien, porque les trata en neutro, ni a mujeres y varones cisgéneros. Un problema con la generización es que suele referirse al género, que es de identidad social, pero también remite al sexo, por lo que es un tema confuso, arduo para definirlo bien. Por un lado, se supone que trata de la identidad asumida, pero se define por el cuerpo, como masculino, intersexual o femenino. Como género define según la identidad asumida, individual o socialmente, pero la segunda es directamente corporal, porque se la pone al reconocerse el sexo de nacimiento. La primera, la de la identidad autoasignada, es posterior a la de nacimiento, se da con los años, cuando las personas deciden cambiar el género que se les puso de bebés, que es el de su sexo porque se pone el primer género de acuerdo al sexo, mirando el cuerpo parido, a lo que se piensa como nacer, cuando, en verdad, se nace cuando el esperma fecunda al óvulo, porque recién entonces se forma el ser humano que puede crecer mucho. El nacimiento es el inicio de algo, o sea, que el humano se da al formarse el embrión, no obstante espermatozoides y óvulos también sean seres de nuestra especie, que no pueden crecer mucho si no se entrecruzan y que mueren casi siempre sin fecundarse. Lo que inicia el parto es la vida afuera del vientre materno, la extrauterina. A lo que le decimos nacimiento es al nacimiento extrauterino, que es un nacimiento, pero no el principio del ser parido.

 El género tiene que ser puesto de acuerdo a lo que se quiera destacar, más que según la mayoría del grupo al que se mencione, pero entonces la intención expresiva tiene que ser justa, ya que, si se destacara desde malos deseos, la generización sería agresiva.