Entre otras cosas, es para criticarlo bien, porque tiene muchas faltas. Es una obra en proceso, o sea que las notas fueron retocadas, y reiteran varias veces los mismos temas. Para escribirme, hacerlo a juanchaves.baires@gmail.com.

sábado, 22 de julio de 2017

Interrogante poco instruido sobre la economía

En la antigua Grecia la economía era la ciencia sobre la administración de la hacienda. Por eso es que se le puso ese nombre, que quiere decir “razón doméstica”, en tanto que “oikos” es “casa” y  “nomos” se usaba para designar a la razón, al pensamiento, al juicio o a la ley. La economía, en la filosofía griega antigua, era el pensamiento dedicado a ordenar la hacienda, que era el dominio privado de los patriarcas y que incluía, junto a las esposas y los hijos, a los esclavos, las viviendas, las tierras, el ganado, los cultivos, los muebles, la vestimenta, los utensillos de cocina, las herramientas y las demás pertenencias. La economía clásica reconocida era patriarcal y hacendada, ya que formulaba un orden que favorecía a los hombres de mayores propiedades. No adoptaba el punto de vista de sus esposas, ni de sus hijos, ni de los artesanos, ni de los esclavos, ni de los demás. Tampoco era una ciencia para abordar el ordenamiento productivo nacional, ni al internacional. Estaba más acotada al ámbito doméstico patriarcal, en tanto que para el orden nacional y para las relaciones exteriores existían la política y la guerra. De allí que haya un desfasaje entre la etimología de la palabra “economía” y su aplicación actual, que remite a la producción agropecuaria, industrial, servicial y financiera, y a su intercambio monetario. Es necesaria una palabra que la defina bien, como podría serlo la de “agrisfimonomia”. Luego de la economía de la antigua Grecia no sé cómo prosiguió la reflexión sobre la producción de bienes de uso ni en el imperio romano ni en la edad media, ni tampoco cómo fue en el resto del mundo, donde hubo un pensamiento sobre el tema, tanto introspectivo como charlado, y también escrito, durante ambas épocas y durante el Renacimiento y el resto de la modernidad. Ya en los pensadores clásicos modernos, particularmente en Adam Smith y David Ricardo, y tal vez antes en los fisiócratas, la domesticidad del pensamiento económico traía problemas, y por eso formularon la economía política, porque agregarle politicidad al pensamiento sobre la administración de la producción monetariamente intercambiable, que estaba dejando de ser doméstica en la gran industria porque sus sedes estaban separadas de las residencias, permitía pensar en una política nacional e internacional para la fabricación y transacción financiera de bienes. La crítica de la economía política le señaló algunas de sus injusticias, y esos señalamientos tienen cierta validez, en tanto que contienen verdad, aunque esa verdad sea insuficiente en algunos aspectos y esté acotada al ámbito de la producción de capitales. Entonces, esa crítica tiene que ser incorporada en una crítica histórica completa. Mientras tanto, la transformación social exigida por aquélla otra tendrá menos éxito, porque se contraría en parte con los buenos reclamos que le son ajenos, además de oponerse a los malos intereses dominantes, sean capitalistas o no, y de tener algunos males en sí misma.