Los conservadores son afines a los planes de ajuste porque su religiosidad es de un ascetismo sacrificatorio más estricto que el de los liberales progresistas, el que a su vez es superado por el socialista, aunque éste también tuvo, y tiene, faltas graves, a veces por sobreproductivo y a veces por pasarse de libertino. El libertinaje, si estuviera bien moderado, podría ser aceptable para la sociedad conservadora, pero para eso ésta tendría que rexaminar sus principios lo suficiente.