Entre otras cosas, es para criticarlo bien, porque tiene muchas faltas. Es una obra en proceso, o sea que las notas fueron retocadas, y reiteran varias veces los mismos temas. Para escribirme, hacerlo a juanchaves.baires@gmail.com.

jueves, 28 de septiembre de 2017

Qué hacer con la base social falseada

La izquierda tiene el problema de que intenta representar al proletariado sin que éste le responda bien, porque es bastante religioso y procapitalista, al faltarle conciencia científica, y política en particular. La hegemonía internacional es de derecha, o sea, de una religiosidad capitalista y de liberalismo ortodoxo, mientras que el proletariado suele adoptar una postura entre el centro y el centroderecha, al ser pietista, procapitalista y liberal proteccionista, esto con una variante para las naciones gobernadas por los partidos comunistas, que ejercen un capitalismo de izquierda, con males enormes también, postura aquélla que llegó hasta el centroizquierda cuando eligió a gobiernos socialdemócratas intervencionistas, durante el estado de bienestar, aún con las fallas productivas que éstos tuvieron. Semejante predominio religioso y procapitalista traccionó a la socialdemocracia a adoptar posturas centristas, lo que es necesario por la correlación de fuerzas, pero incluso así ésta cometió errores fatales, como la adscripción al socioliberalismo, que tal vez podría no haber cometido, aunque habría que hacer el balance del conjunto de las sociedades que aceptaron al liberalismo privatizador del Consenso de Washington, porque dicha aceptación fue más social que socialdemócrata: los electores, salvo excepciones, optaron por el socioliberalismo cuando no lo hicieron por opciones peores. La izquierda debiera prepararse para su articulación conjunta en el marco de políticas centristas, y en alianza crítica con el progresismo fideísta y procapitalista, el del liberalismo heterodoxo, porque la radicalización del proletariado requeriría que éste adoptara posturas ateas y socialistas, de las que dista bastante en la actualidad. Se tendría que operar un radicalismo centrista presto a izquierdizarse según lo aceptara la cultura proletaria, a la que además se debe criticar bien, y mientras tanto avanzar en lo que se pueda. Los triunfos menores también son importantes, y son necesarios para preparar los mayores, cuyo logro no estará garantizado.