Entre otras cosas, es para criticarlo bien, porque tiene muchas faltas. Es una obra en proceso, o sea que las notas fueron retocadas, y reiteran varias veces los mismos temas. Para escribirme, hacerlo a juanchaves.baires@gmail.com.

sábado, 13 de julio de 2019

Ante la mala articulación entre las internacionales socialistas la revolución se hace imposible

La revolución necesita que las internacionales socialistas se lleven bien, lo que no sucede ni de lejos, así como cada cual tiene sus propias peleas internas. Por eso es imposible alcanzar el nivel parlamentario preciso para reformar las constituciones liberales, de lo que la legalización del socialismo queda sujeta a asambleas constituyentes extrañas, así como luego su concreción, todavía en fase preparatoria, con capitalismos de estado mestizos, abiertos al sector privado, con violencia hasta extrema hacia las corrientes políticas que se les oponen, sin que siempre se entiendan las cosas lo debido para procesar más o menos bien los problemas históricos, con razón conjunta suficiente. Para derrotar bien al capital hace falta un conglomerado de cuerpos políticos muy grande y estable, no el estado medio fragmentario y colisionante que prima entre los partidos, y que además debe relacionarse bien con las alianzas de movimientos, también muy discordantes entre sí, eso con una base espontánea también llena de enconos personales y sin haber establecido bien las propias con el progresismo liberal, al que adhieren muchos plebeyos, entre los cuales muchos de los obreros teístas. Entonces, se impone el período de reformas, incluso aunque se dieran con constituciones obreras, ya que la ley no garantiza su cumplimiento. Un cambio mayor requeriría de un mejor nivel en la conciencia internacional y de una articulación sociopolítica robusta, lo que está muy trabado por la confusión entre la verdad y la fe y por los intereses políticos de egoísmo equivocado, cosa imposible de erradicar del todo porque a la humanidad se la educa desde pedagogías algo inciertas, muy determinadas por los constreñimientos mercantiles y políticos.

Así como las corrientes socialistas deberán enfrentar el tema de sus relaciones, cuanto su propia existencia interna, la supervivencia del proletariado hará necesario que el gobierno esté en mano de los partidos progresistas, lo que puede variar desde el centroderecha al centroizquierda según la predisposición electoral de las masas, aún con las excepciones radicales que podría haber, que no se las ve pronto, a la luz de la experiencia electoral habida, porque las naciones, si no, pueden optar por opciones hasta de ultraderecha para sortear la crisis, y encima si el progresismo accede al gobierno nada garantiza que se desempeñe bien, sino al contrario, porque fracasaron mucho, y no pueden no hacerlo en el marco del capitalismo fetichista, porque el comportamiento social responde mucho a las doctrinas creyentes, que no cuestionan bien a sus dioses, esto es, que tienen una teología hipotética, que causa un hábito de pensamiento acostumbrado a decidir con el instinto, a elevar el credo con la pasión de fe, aunque eso haya sido moderado por el empirismo y el racionalismo moderno, que en primer lugar es monoteísta.