Entre otras cosas, es para criticarlo bien, porque tiene muchas faltas. Es una obra en proceso, o sea que las notas fueron retocadas, y reiteran varias veces los mismos temas. Para escribirme, hacerlo a juanchaves.baires@gmail.com.

lunes, 3 de agosto de 2020

Propuesta sobre el pecado

Primero, que se lo entienda como falta a la felicidad humana, como una práctica que atenta contra la alegría de la especie, que depende de nuestra naturaleza. Segundo, que se lo defina de acuerdo a la verdad bien demostrada. Así se juzgaría nuestra producción según la concepción a la que sigue y por sus consecuencias. Esto permitiría corregirla con la crítica. Como la humanidad es una especie animal, nuestro sentir responde al de las demás especies vivientes, que a su vez se crearon desde lo muerto, por lo cual los seres vivos necesitamos de cierto estado de beneficio inerte, de las condiciones geológicas apropiadas para existir, un equilibrio ecológico que es tanto traumático como necesario, al que nuestra producción debe responder lo suficientemente bien, ya que, de no hacérselo, se causa una crisis mayor de la normal, pero además, como la humanidad es una especie natural, la clase obrera también lo es, por lo que es preciso dar una respuesta bien terminada a sus reclamos legítimos, que no obedecen sólo al planteo económico y político del comunismo, sino que requieren de la resolución suficiente del problema teológico, que condiciona todo el funcionamiento social porque hace a la inteligencia colectiva, que determina mucho a la acción de la sociedad. El relajamiento de las tensiones crédicas es imprescindible para la liberación de la clase alta, que las padece con más fuerza porque su apego a los preceptos de fe es más estricto, hasta a costa de mantenerlos, y a sus consecuencias, en contra de lo que se deduce de la experiencia, y otras veces siguiendo asertos supuestos, esto es, que no han sido bien demostrados, y sin notar la falta lógica, porque al basarse en la fe creyendo ser fiel al creador de todo sin saber que la fe sea verdadera tanto como debe serlo se puede llegar a proceder de acuerdo a ideas equivocadas, con las malas consecuencias que eso tiene, muy graves tomadas en conjunto, que son las de la crisis civilizatoria actual. La falta epistemológica redunda en nuestra perdición. Si la sociedad entendiera bien la realidad tanto como se debe ordenaría mejor su comportamiento, por lo que la vida nos sería más fácil. Sería justa para las clases, a las que se disolvería, y justa para nuestro entorno, del que nos aprovecharíamos mucho menos, ya que, de ordenarse bien la producción, la humanidad podría vivir bien con una explotación mucho menor. Además habría que evaluar el tamaño de la humanidad, ver si no hace falta reducirnos en número, y concretarlo de modo saludable, es decir, con el suficiente consenso, con una planificación social más que gubernamental, porque la que tendría que controlar la natalidad es toda la especie. Los gobiernos no podrían obligar del todo a las poblaciones a que conduzcan su reproducción de forma decreciente, ni sería justo que lo hicieran, aunque sí tendrían que convocar bien al debate social sobre el tema, para que la especie lo asuma y se ordene.