Entre otras cosas, es para criticarlo bien, porque tiene muchas faltas. Es una obra en proceso, o sea que las notas fueron retocadas, y reiteran varias veces los mismos temas. Para escribirme, hacerlo a juanchaves.baires@gmail.com.

lunes, 2 de marzo de 2020

Lo antipoligámico del mito de los cuernos

Quienes celebran el mito de los cuernos ante las infidelidades a la monogamia legalizada la refuerzan, porque justamente ese mito condena la disidencia sexual a la fidelidad parental propuesta por el clero. Es una práctica autodestructiva de la izquierda que está impulsada desde las iglesias superiores, que son las menos tolerantes con la transgresión de sus normas y las que más las entienden como obras satánicas, pero que cuenta con mucho apoyo obrero. Es cosa de la izquierda entrampada en la concepción liberal de las relaciones sociales. La derrota del socialismo se expresa en la vigencia de este mito en la comprensión de las relaciones maritales, cuestión que genera mucha violencia doméstica, como la prédica para el temor al diablo y a la ira de dios, que le causan muchos pesares a la sociedad, una forma policlasial de la explotación que no es de índole económica pero que se le vincula en su dimensión fetichista, que es la que aprecia mal al valor de cambio, caracterizada por la compulsión a adquirir dinero, el principal de seudomonoteísmo protestante.

Con la mentira de los cuernos se hace lo mismo que con la idea de que la paja hace crecer los pelos de las manos, inhibir a la gente de cometer la práctica sexual que transgrede a la ley de dios y el diablo, que es la del capital liberal, el cual tiene una teología ecuménica, de un ecumenismo que pone por igual a las distintas creencias sin reclamarle la suficiente verdad a cada cual, lo que causa una síntesis concepcional fallida, que persiste en crisis grave porque, al no asumirse muy bien la realidad, las naciones guían bastante mal su comportamiento colectivo: persiguen objetivos algo equivocados, lo que genera confrontaciones crédicas, muy malignas cuando son extremas y de dispersión absoluta por el terreno social, con más o menos influencia en toda la sociedad, esto combinado con las otras cuestiones sociales.

Cada quien puede examinarse la cabeza y las manos para ver si tiene cuernos o mucho pelo, y hacer lo mismo respecto de las cabezas y manos ajenas.

La poligamia tiene malas connotaciones por los crímenes que se cometieron en las ciudades antiguas de Sodoma y Gomorra, pero cabe la posibilidad de que sea bien hecha, y es un deber que lo sea porque se correspondería mejor con los buenos deseos de la gente, pero entonces tendría que ser optativa, ya que imponerla con demasiada fuerza sería injusto.