Entre otras cosas, es para criticarlo bien, porque tiene muchas faltas. Es una obra en proceso, o sea que las notas fueron retocadas, y reiteran varias veces los mismos temas. Para escribirme, hacerlo a juanchaves.baires@gmail.com.

martes, 31 de marzo de 2020

Nos falta mucha responsabilidad

El presidente argentino, refiriéndose a los grandes empresarios de este país, dijo que, dada la pandemia, no se trata de que dejen de ganar, sino de que ganen menos que antes, para usar la diferencia para socorrer al pueblo, un argumento que encontró mucha aceptación entre los periodistas y el público, los cuales están acostumbrados a avalar el funcionamiento del modo de acumulación capitalista, cuestión que condujo a la debilidad de la postura presidencial, quien debe haber pensado que, si convocaba a que los multimillonarios perdieran parte de las fortunas que acapararon indebidamente, grande o pequeña, hasta muchos de los pobres y modestos, que se beneficiarían con ello, se le pondrían en contra, y no sin cierta razón, ya que hay muchos antecedentes de desprecio popular por el socialismo en favor de los más ricos, que tampoco lo son de veras, ya que el enriquecimiento excesivo les causa pesares por empobrecer a la sociedad que les rodea, impidiéndoles establecer relaciones laborales amistosas, entre otros tantos asuntos, como las consecuencias para el matrimonio múltiple y el parentesco fraterno que eso tiene. Mismo para que su trabajo sea grato como debiera, al empresariado le convendría perder bien el capital que le sobra y descender bien en la escala social y en los organigramas institucionales, ya que eso lo aliviaría de la sobrecarga de deberes, pero además habría que terminar de hacerle justicia a los crímenes políticos que cometieron algunos de sus miembros altos, en América Latina vinculados, en particular, al último ciclo de dictaduras militares, cosa que tendría que tener la moderación suficiente, ya que hasta muchos de los trabajadores permanecieron insensibles al respecto y porque esos delitos respondieron, por un lado, a la ley y a la concepción del mundo vigente, que en cierta medida son promovidas por el pueblo, y por otro a que sus opositores buscaban asesinarlos.