Entre otras cosas, es para criticarlo bien, porque tiene muchas faltas. Es una obra en proceso, o sea que las notas fueron retocadas, y reiteran varias veces los mismos temas. Para escribirme, hacerlo a juanchaves.baires@gmail.com.

miércoles, 19 de diciembre de 2018

El capital más alto, superior a la ley

Una porción del capital se somete a la constitución burguesa, constitución presidida desde el gobierno republicano, a veces monárquico, entrelazado en la ley internacional, con los tratados mundiales, regionales y de pocas naciones, que ordenan mal la economía. Otra es supralegal, la del tráfico ilegal de capitales. El monto del capital salarial y especulativo que circula ilegalmente es inmenso, es decir, que en algún punto el capital superó a su propia ley, lo que ya venía pasando desde antes, al haberse puesto a los dioses por encima de ella y a los mandos mayores como representantes más directos de los dioses, quienes fueron los grandes propietarios. En ciertos momentos las civilizaciones religiosas estiman más a las cuestiones divinas que a los capitales, por lo que pueden autorizar una conducta ilegal en nombre de los dioses, cosa que puede haber incidido en la clase conservadora, que varias veces se autorizó a cometer crímenes basándose en la fe popular. Así como se justificaron guerras en nombre de los dioses, se puede promover mala práctica política y económica para sostener al orden que los entroniza.

La clase capitalista es una casta constitucional, es decir, que atraviesa a los órdenes religioso, político, económico y a los demás, en su cima, y es liderada por la economía, por el capital bancario en particular, que es superado por algunos supermillonarios de la industria, y quizás por los capitalistas del narcotráfico y el comercio sexual, entre otros. Todos los rubros del capital salarial ponen inversiones en la especulación, tanto la bursátil como la de deudas, el crédito popular, el privado y el estatal, así como especularon con el capital más concreto. La especulación es autista, automirante, a lo que se llama narcisista desde el mito. Deriva del espejo, de mirarse al espejo, como Narciso en el lago, es decir, de prestarse atención exclusiva a sí mismo, lo que causa mala atención a lo social. La especulación económica implica la ideación de movimientos de capital desligados de su entorno social, lo que lo lastima. La idea de la especulación intenta hacerle entender a las personas que actúan como si tuvieran un espejo enfrente, esto es, que consideran mal a lo que los rodea, y esto sucede con las ideologías que entienden mal la realidad. Todas las ideologías entienden algo mal a la realidad, así como algo bien, y todas deben hacerlo bien lo suficiente para que sea buena la actividad humana.

La discusión sobre las ideologías está algo mal planteada porque las críticas religiosas supusieron que las religiones no eran ideológicas, condenando a la presunta única ideología por demostrar su política y desde otra concepción, que se presentó como no ideológica, como si las religiones no fuesen ideológicas. Las religiones son ideológicas porque en parte se componen de conjuntos de ideas. Lo que pasa es que tienen a las creencias en los dioses como ejes centrales de su ideación, que es moral, política y económica, atravesando a todas las instancias de la sociedad, ideación que existe en crisis y confrontación constante con su realidad, sea objetiva o subjetiva.