Entre otras cosas, es para criticarlo bien, porque tiene muchas faltas. Es una obra en proceso, o sea que las notas fueron retocadas, y reiteran varias veces los mismos temas. Para escribirme, hacerlo a juanchaves.baires@gmail.com.

martes, 18 de febrero de 2020

De las opresiones de clase

Cada clase comete su opresión. La de la clase capitalista está más reconocida, más que la del empresariado popular y que la obrera. La opresión obrera, que se da porque la clase sostiene al sistema vigente, o porque quiere transformarlo no del todo bien, es mayor que la capitalista, porque esta clase es mucho más numerosa que su opuesta. Es una opresión mayor en cantidad pero menos intensa, menor en proporción, porque la clase obrera no es tan dura para condenar desde malos juicios, no obstante lo cual su falencia es muy importante por su gran masividad, e influye en la opresión de arriba porque la condiciona, sobre todo cuando la mayoría de la clase se torna conservadora, pero también, aunque menos, cuando adhiere a progresismos livianos y moderados. La salida va por el lado de la transformación proletaria, dentro de las otras cuestiones del programa socialista, tema también de largo plazo.

Si cerca del 60% de la población mundial es de salarios comunes, o de ingresos empresariales equivalentes, con remuneraciones básicas, más, especulando, un 7% de integrantes de las clases media alta y alta que se autoidentifican como proletarios por su adhesión ideológica al socialismo, el proletariado abarcaría al 67% de la población. Si un 4% son grandes capitalistas, en general de derecha, un 29% sería del empresariado mediano, o de la subclase equivalente que es el asalariaje alto. El hecho de que alrededor del 67% sea proletario da cuenta de que una parte muy importante de la opresión social le corresponde a esta clase, pero esta opresión es opresión desde abajo, por lo que su calidad es diferente de la opresión principal del sistema, que si bien atañe al 4%, u otro porcentaje menor, es de calidad mucho más sofisticada, por lo que es mucho más dañina, y se basa en los ejércitos de los gobiernos, con la polícia, pero atraviesa a todas las instituciones y entidades estatales, aunque, en parte, la opresión institucional obedece a los reclamos populares, que se fundan en la moral religiosa. La opresión del capital se da más en la política y en la economía, mientras que la proletaria es más de índole moral y religiosa, pero esto es relativo porque sucede fusionado: ocurre que el capital es religioso, que la religión es diversa, que el proletariado es político y económico, que las autoridades de las instituciones aplican concepciones opresivas aunque no sean multimillonarias y demás cuestiones. Tampoco la opresión está siempre equivocada, y casi siempre tiene razones válidas pero que en general son insuficientes.