Entre otras cosas, es para criticarlo bien, porque tiene muchas faltas. Es una obra en proceso, o sea que las notas fueron retocadas, y reiteran varias veces los mismos temas. Para escribirme, hacerlo a juanchaves.baires@gmail.com.

jueves, 13 de febrero de 2020

Lo que tiene de ilegítima la deuda gubernamental

La deuda de los gobiernos no se fundamenta en una ley lo suficientemente verdadera, ya que se trata de una ley fetichista, cosa que la deshabilita, la torna decadente, y no de buena decadencia. Las presunciones contenidas en las leyes hacen a las calamidades del funcionamiento social, que perjudican a la humanidad, siendo que la ley se propone beneficiarla. Al causar desastres sociales, lo opuesto al objeto de la ley, la ley prueba que es maléfica, por lo cual se la debe cambiar, pero sin la suficiente asunción social de la realidad la modificación no bastaría, por lo que requeriría de luchas posteriores, que es lo más probable que pase.

En primer lugar, o en uno de los primeros, la ley deberá prohibir la usura extrema, ya que causa una "econopatía" muy grave, una enfermedad económica macrosocial, que afecta mucho a toda la sociedad. Luego habría muchos otros asuntos legales que debatir y que quedarían algo mal resueltos.

Más en concreto, la historia de las deudas por préstamos monetarios a los gobiernos tiene muchos delitos que no fueron ajusticiados, por lo que permanecen impunes, dándole lugar a los abusos que se repitieron en los últimos ciclos del endeudamiento gobernante, que es internacional porque los gobiernos son entidades jurídicas que representan a las naciones, aunque esa representación sea mala, cosa que tampoco lo es del todo. Están vinculadas a los genocidios políticos, a las conquistas territoriales, al sometimiento de las poblaciones atacadas con ejércitos superiores, el lavado de dinero y demás grandes crímenes económicos. En Argentina el tema ya venía desde el virreinato. En 1824, el banco Baring Brothers, enriquecido con las divisas de la industria británica, le prestó 570 mil libras esterlinas al gobierno de Rivadavia, que en vez de usarlas para lo que prometió se las gastó en la guerra con Brasil. Esta deuda se saldó en 1904, pero los préstamos con la Baring Brothers continuaron, quedando el estado argentino sin deuda, o casi sin deuda, durante los primeros dos gobiernos de Perón, luego de los cuales el gobierno del país se volvió a endeudar. También el gobierno se hizo cargo de parte de la deuda privada, por lo que el capital gubernamental favoreció el desarrollo del gran capital privado, así como lo hiciera con el empresariado pequeño y mediano mediante el proteccionismo, a los que luego destruyó con la apertura comercial mal dispuesta. Todo el pueblo, de todos los países, se vio perjudicado por la transferencia de capitales hacia los especuladores, pero los especuladores, si bien son los máximos responsables, no son los únicos, porque le siguen los organismos trasnacionales, los gobiernos, las organizaciones sociales y la gente común que avala la especulación, y demás. Es un problema al que la humanidad tendrá que enfrentar bien.

En otros países no sé cómo pasa, pero acá, en Argentina, el presidente Fernández ganó con la promesa de pagar esta deuda, por lo que su gobierno tiene que seguir en esa postura, a nos ser que no la pudiera cumplir, hubiera un gran reclamo en contrario, que demostrara un cambio en la opinión pública al respecto, o que cambiase de parecer sin la aprobación de su base, cosa que no corresponde pedirle. También pueden haber otros desenlaces. Lo más importante es la base social, ya que los partidos tienen que obedecer a sus mandatos, por lo que se hace necesario exigirle bien al pueblo, en particular al proletariado, que tenga la responsabilidad suficiente en relación a este punto, lo que en verdad es de lo más liviano que podría hacer, ya que permitiría darle buena salida a este flagelo.


Fuente: "Historia Empréstito Baring Brothers a Rivadavia" en Historia y Biografías, edición electrónica.