Entre otras cosas, es para criticarlo bien, porque tiene muchas faltas. Es una obra en proceso, o sea que las notas fueron retocadas, y reiteran varias veces los mismos temas. Para escribirme, hacerlo a juanchaves.baires@gmail.com.

miércoles, 20 de enero de 2021

Sobre la alienación de la clase dominante

 Ya me pasé, y por mucho, de repetitivo, pero lo vuelvo a hacer para que quede claro el punto. La clase dominante también está alienada de sus propios intereses, y bastante mal. La alienación no es mala en sí misma, ya que es la incorporación de las cuestiones ajenas, o sea, que es necesaria para la socialización, pero como la ideología mundial es algo perversa, por la asunción que la humanidad hace en falso de algunos aspectos de la realidad, la alienación es algo perniciosa, llevando a que los hombres -un concepto que contiene a las mujeres porque las mujeres son humanas, esto es, iguales a los varones, aunque no del todo por la diferencia sexual, en particular la de los órganos genitales-, tengan problemas para concretar sus buenos deseos, e incluso a que sean reprimidos por tenerlos, o por intentar cumplirlos. La alienación, con sus buenas y malas facetas, es transclasial, es decir, que se da en todas las clases sociales, pero de distintas formas en cada cual.

 La alienación, en sí misma, es la alteración, la conformación de sí mismo según lo ajeno. La alienación sumisa y la delirante son, en general, subtipos malignos de la alienación, lo que depende de la relación entre el individuo, o la clase, y sus sociedades, es decir, que depende bastante de la razón social. Las ideas dominantes de una época son las ideas de su clase dominante, pero no del todo, ya que la clase dominada también tiene algunas de las ideas dominantes, y las impulsa desde la base social, hasta imponiéndolas arriba algunas veces, pero sin excederse mucho en la apropiación económica ni detentar tanto el poder social principal, que es el del gobierno, dictado en primer lugar por las asambleas constituyentes, a lo que se subordinan de distintas maneras los poderes ejecutivo, legislativo y judicial, con las fuerzas armadas, la prensa y las redes sociales de por medio.

 La palabra "hombre" viene de "homo", que significa "igual", por lo que restringirla a lo masculino es equívoco, a no ser que un varón quiera referirse a sus iguales en especie y en sexo, que no es lo que se hace siempre cuando se la usa, ya que hay un uso que remite a ambos sexos de la especie humana.