Entre otras cosas, es para criticarlo bien, porque tiene muchas faltas. Es una obra en proceso, o sea que las notas fueron retocadas, y reiteran varias veces los mismos temas. Para escribirme, hacerlo a juanchaves.baires@gmail.com.

miércoles, 14 de abril de 2021

Sobre las infecciones leves de coronavirus

 La mayor parte de la humanidad que se contagia de coronavirus lo hace sin síntomas notados, ya que algún decaimiento tiene que haber, porque la infección viral destruye células propias y demanda un esfuerzo inmunitario, que depende del estado de salud del cuerpo humano y de la cantidad de viruses que le entren. Mucho no se nota a los síntomas leves porque la sociedad los desatiende, por nuestra brutalidad, que es la de la explotación humana, de liderazgo fideísta, que sobrevalora al trabajo, por lo que, ante problemas de salud ligeros, no responde como debiera y manda a laburar a los golpes, tiene esa coerción, que se sostiene en el ejército y la policía y que se basa en la ley y en la moral predominantes, que se instauran en la letra de la constitución de los estados. Una vez que un virus entra en una céula humana, se replica de a decenas de miles, adentro de nuestro cuerpo, y muchas de esas decenas de miles se vuelven a replicar de a decenas de miles en cada célula humana a la que ingresan, lo que da una cuenta de a trillones. Los glóbulos blancos los persiguen, se los comen, un proceso que se llama "fagocitosis", y les tapan las espigas con anticuerpos, lo que les es más fácil, porque la fagocitosis requiere de gran esfuerzo digestivo, a diferencia de la obstrucción de las espigas, que hace que el virus no pueda reproducirse, por lo que después de un tiempo se muere, si es que no logra destaparse la salidera de la espiga, a lo que aprendió a hacer y lo que le da más fuerza, una cuestión más desarrollada en las cepas nuevas, que deben provenir de los primeros coronaviruses que se hayan librado y desenvuelto esa adaptación, heredada a sus descendientes directos, como un aprendizaje que se traspasa genéticamente. Entonces, las cepas nuevas son más difíciles de vencer. En general se las vence, pero lo particular también importa. Al coronavirus le cuesta sacarse las tapas, por lo que a veces no lo logra. Cuando el sistema inmune humano se refuerza con las vacunas, se llena de glóbulos blancos y de anticuerpos, por lo que, cuando le entran los viruses, está mejor preparado para combatirlos, pero igual así se infecta, pero con infecciones menos grandes, de colonización viral menor.

 Algunos hombres se deben agarrar infecciones ínfimas, y los coronaviruses se expelen de a uno, es decir, que hay quienes esparcen menos y quienes esparcen más, según cuánto dure la infección y la cantidad de viruses que se fecunden, lo que hace a un total de esparcimiento viral muy variable y extenso, que atraviesa a casi todo el territorio humano, inclusive a los vehículos marítimos y aéreos, y se concentra en los centros urbanos, aunque también se dispersa con el viento para donde sea que lo lleve. La sociedad tiene que saber que el total de infectados no es el de los números gubernamentales, porque éstos no recuentan a los casos menores, que no se testean, son la gran mayoría y que igual contagian. Si no hay conciencia de esto, la humanidad no podrá responder bien ante el virus, lo que nos dificultará salir de la pandemia. La humanidad no está bien preparada para enfrentar al virus, sino al contrario, en una crisis productiva muy grave, por lo que la salida de la pandemia, si se la logra, nos costará mucho, y muchos muertos y enfermos, lo cual proseguirá de distintas formas hasta que hayamos aprendido a ser como debemos.