La teología humana se basa mucho en una hipótesis que no ha sido lo suficientemente bien fundamentada, por lo que la demostración de su veracidad es insegura: cada tanto se la vuelve a criticar, sin que se haya concluido bien la discusión, pero, como la humanidad se ordena, en parte, de acuerdo a lo que cree, esa falta de certeza causa equivocaciones en la práctica colectiva de la especie, que hacen a los pesares que vivimos.