Entre otras cosas, es para criticarlo bien, porque tiene muchas faltas. Es una obra en proceso, o sea que las notas fueron retocadas, y reiteran varias veces los mismos temas. Para escribirme, hacerlo a juanchaves.baires@gmail.com.

domingo, 22 de enero de 2017

De la política científica del desarrollismo argentino reciente

A partir de los estudios de la CEPAL y del CLACSO, en el progresismo latinoamericano se impuso un modelo de desarrollo que le da importancia relevante a la investigación y a la aplicación de tecnologías científicas, porque el despliegue del capitalismo requiere de la sofisticación productiva para incrementar la generación de capitales y porque, inmersos en esa lógica, los empresarios que no innovan quedan relegados en la competencia, o quiebran, por la falta de protección estatal ante los mayores capitalistas. De allí que el kirchnerismo implementara una política científica destacada, incluso con un ministerio, el de ciencia, tecnología e innovación productiva, que entre otras cosas promovió un sistema de becas de posgrado desde el CONICET y creó al canal televisivo TEC TV. En el relato kirchnerista, la ciencia recibió los más altos galardones, pero no cualquier ciencia, sino la dedicada a la optimización de la producción capitalista y la obsecuente para con el gobierno, en tanto que la crítica fue relegada a los márgenes y encorsetada en investigaciones específicas. Los científicos tenían que ser propensores del modelo, meterse en rutinas académicas muy exigentes, meritocráticas, silenciar sus disensos y celebrar los privilegios que les daban desde el gobierno, bastante caros en términos del sometimiento que implicaban, así como les estaba vedado el involucrarse en los conflictos efectuados por los perjudicados por el modelo, y hasta nos reprimieron en algunos casos. Yo lamento que ahora el macrismo los esté echando de sus puestos de trabajo, pero me permito criticarlos porque cuando los kirchneristas me mandaron a “lavar los platos” no apareció casi ninguno de ellos para solidarizarse conmigo, y hasta hubo quienes lo festejaron, y me fui solo y enfermo hace tres años. Así que soy quien para hacerles este reproche, aunque sea en un momento duro para ellos. El modelo científico kirchnerista tuvo falencias graves, porque la ciencia que promovió, en general, fue para el capitalismo proteccionista, y acrítica para con la religiosidad, y asimismo tuvo sus aciertos, pero falta definir bien el sentido de la política científica, su meta, porque centrarse en la productividad, como si ella fuera el remedio para todos los males sociales, no es correcto, tiene resabios de pensamiento mágico, por lo que no logrará plenamente sus propósitos, y mientras tanto se sufrirá de más.

El sometimiento de los científicos argentinos es parte del planteo universitario del Banco Mundial, y no sé qué lugar tiene la ONU en esto, que en este país se plasmó en el llamado Fondo para el Mejoramiento de la Calidad Universitaria (FOMEC). Después de la última ola de dictaduras las instituciones rectoras de la educación superior implementaron un plan de sobreatareamiento estudiantil y docente, a sabiendas de la importancia de la militancia de este actor social en los movimientos de liberación de la segunda posguerra, pero esta cuestión coexiste con la compulsión productiva de las políticas desarrollistas de las instituciones internacionales, que no está mal intencionada a veces, cuando es de buena fe, lo que no le impide tener males.